
Una vida marcada por el fútbol
Entre la pasión y la divinidad: el hincha de San Lorenzo que rezaba al Cristo de los futbolistas
Francisco, el Papa más futbolero de la historia ha fallecido a los 85 años de edad. El San Lorenzo de Almagro llora a su socio 88.235N-0.

El Papa Francisco ha fallecido este lunes 21 de abril, a las 7:35, a los 88 años en su residencia de la Casa de Santa Marta, según ha anunciado en un vídeo mensaje el camarlengo, el cardenal Kevin Joseph Farrel. Con él se va un papa reconocido por su enfoque pastoral, su humildad y su compromiso con los más necesitados pero también el pontífice más futbolero de la historia.
Pocos conocen que Juan Pablo II tuvo un pasado en los terrenos de juego. El pontífice polaco era una gran apasionado del fútbol y llegó a jugar de portero en el equipo de su ciudad, el MKS Cracovia. Sin embargo, a nadie se le escapa la pasión futbolera de Francisco, hincha de San Lorenzo de Almagro desde su más tierna infancia.
Adiós al socio 88.235
La historia de San Lorenzo de Almagro ha quedado atada a la de su socio número 88.235N-0. El año anterior a su pontificado el equipo peleaba por no descender —lo salvó Caruso Lombardi—, pero en los pocos meses que Bergoglio llevaba como papa, el “efecto Francisco” había producido un cambio notable en el espíritu del club, que no sólo había ganado con autoridad el torneo local y la copa, sino que había recibido un aluvión de nuevos socios de todo el mundo que querían pertenecer a su equipo —Novak Djokovic entre ellos—.
San Lorenzo es un sentimiento. No se quita, se lleva bien adentro, canta la hinchada de San Lorenzo de Almagro, el club que se enorgullece del primer Papa «cuervo», como son conocidos los seguidores del también llamado Ciclón.
Pero curiosamente el club también tiene una historia religiosa. El Club Atlético San Lorenzo de Almagro nació en el año 1908 en el barrio de Boedo y su nombre no tiene nada que ver con el santoral católico, aunque que sí con cierto espíritu barrial y eclesial. Lorenzo Mazza, un cura salesiano, fue el origen del club. Reunió a los niños que jugaban al fútbol en la calle y les ofreció que lo hicieran en lo que hoy es el Colegio San Antonio. Al principio se llamaron Los Forzosos de Almagro, pero más tarde adoptaron el nombre de San Lorenzo, como homenaje al sacerdote que dio origen al club.
Hasta que fue elegido papa, el primero de abril, aniversario de la fundación de San Lorenzo, Bergoglio oficiaba la misa en la capilla del club. También le gustaba dar misa en la Villa Olímpica: afirmaba que desde el púlpito podía ver el estadio Nuevo Gasómetro. En 2008, el año del centenario, el entonces Arzobispo de Buenos Aires dio misa en el oratorio de San Antonio, un lugar simbólico porque allí fue donde se fundó el club.
El papa que rezaba al Cristo de los futbolistas
Pero la vinculación entre fútbol y fe no solo está en los colores que ocuparon su corazón sino en sus plegarias y en su devoción infinita hacia el conocido como "Cristo de los Futbolistas".
Este cristo que procesiona todo los Viernes Santo se encuentra en la Catedral de Buenos Aires y siempre tuvo en el Papa Francisco a uno de sus más fervientes devotos, como también lo fue Diego Armando Maradona.
Pero además, es un Cristo con raíces muy españolas, concretamente sevillana, y de ahí su singular secreto futbolero. Los futbolistas Scotta y Bertoni, tras ganar el Mundial de Argentina de 1978, jugaban en el Sevilla y también uno de los íntimos amigos de la infancia y del Colegio de los Salesianos de ‘Luisito’ Álvarez Duarte, el centrocampista Pablo Blanco.
Fue por mediación de este último, como Scotta y Bertoni, que venían de marcar 16 goles cada uno en la Liga, encargaron al escultor e imaginero Álvarez Duarte una talla de un Cristo Cautivo a imagen del Cristo del Gran Amor para que un trozo de Sevilla estuviera en Buenos Aires. Bertoni se marchó a la Fiorentina y el cañonero Scotta al Ferrocarril de su país, pero su encargo se hizo y en 10 meses de estar en el taller del escultor, ya lo tenía. Era una impresionante talla de un Cautivo de una altura de 1,87 metros tallada en cedro libanés. Ambos futbolistas nunca quisieron desvelar lo que les costó el encargo porque lo importante para ellos es su valor devocional.
En esta iniciativa colaboraron también otros campeones del mundo argentinos como el portero Ubaldo Matildo ‘El Pato’ Fillol, Olvaldo Ardiles, Alberto Tarantini o ‘El Matador’ Mario Alberto Kempes por lo que sobran razones para ser conocido como “El Cristo de los Futbolistas”.
Un trozo de Sevilla en el Viernes Santo bonaerense
La imagen fue trasladada desde el Aeropuerto de San Pablo de Sevilla al de Buenos Aires por un avión de la Fuerza Aérea argentina y, desde 1981, se venera en la catedral bonaerense y procesiona los Viernes Santos por la capital de Argentina entre la devoción de fieles e hinchas del fútbol.
Una vez en el templo de la capital argentina, el Cristo fue bendecido por Monseñor Keegan -que quedó maravillado del Cristo del Gran Amor durante una visita a Sevilla- y, desde entonces, se le reza allí y en las calles. Ante el se postran no solo el pueblo sino también el que fuera en aquellos años cardenal de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, quien compartía además con Scotta la pasión por el San Lorenzo de Almagro.
Pero este Cristo guarda en su interior otro secreto: el escultor Luis Álvarez Duarte, fallecido en 2019, grabó en en el interior de la escultura un escudo del Sevilla FC por encargo de Scotta y Bertoni -que entonces eran futbolistas del conjunto nervionense- pero el artista que era bético, no pudo reprimirse y grabó también el del equipo de sus amores.
Durante su pontificado, Francisco recibió a deportistas de todo el mundo, impulsó el diálogo interreligioso a través del deporte y defendió siempre que «el deporte debe ser una escuela de vida». El Papa Francisco entendió el deporte como parte del lenguaje universal de la paz. Desde su elección en 2013, instituciones como el Vaticano Athletics o los Juegos del Vaticano nacieron bajo su impulso, reforzando el compromiso entre fe, cuerpo y espíritu.
Hoy, San Lorenzo de Almagro pierde a su socio más ilustre, el "Cristo de los futbolistas" se queda huérfano de sus rezos y el mundo del deporte llora su muerte.
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