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Atlético-Valladolid (3-0). Fácil victoria rojiblanca con Griezmann como MVP y Memphis de estreno

En menos de media hora, los de Simeone golean a su rival antes de visitar al Real Madrid en el Bernabéu en los cuartos de la Copa del Rey

Los jugadores del Atlético celebran el gol de Morata, el primero del partido ante el Valladolid
Los jugadores del Atlético celebran el gol de Morata, el primero del partido ante el ValladolidJesus G. FeriaLa Razon

Ni media hora necesitó el Atlético para despachar al Valladolid, en uno de esos partidos de entreguerras que pueden resultar molestos cuando en el horizonte hay una noche grande. A los rojiblancos les espera el jueves el Santiago Bernabéu en los cuartos de final de la Copa del Rey, ahora mismo la única competición que les puede permitir abrir la sala de trofeos esta temporada. Así que ese compromiso ante el Real Madrid pesa mucho más que la visita blanquivioleta al Metropolitano, en la que los de Pacheta ni rechistaron. Recibieron tres goles en diez minutos, del 18 al 28, y ni se les pasó por la cabeza algo parecido a una reacción.

Fue una puesta en escena perfecta de un Atlético muy ofensivo en la formación inicial, con Koke como único centrocampista ancla en el medio, y también en las intenciones, siempre guiado por el pie de Griezmann. El francés lleva el pelo rosa, pero no necesita el tinte para llamar la atención más que el resto y acumular premios de Jugador Más Valioso. Su clarividencia es oro puro para sus compañeros, y si no que se lo digan a Álvaro Morata, que aprovechó una asistencia del francés para abrir el marcador. Un taconazo de primeras después de un pase de Koke y el «9» en el área con ventaja. Recorte y gol. Así de fácil.

Otro día, el Atlético podría haberse ido hacia atrás, pero no sucedió esta vez, todo lo contrario. Quería Simeone que los suyos miraran hacia adelante, y por eso juntó a Lemar, Llorente, Correa y Morata de inicio junto a Griezmann. Fue el francés el que poco después del primer tanto hizo el segundo, también con un toque delicioso, pero esta vez en el remate, la única faceta en la que se le puede exigir más este curso. Otro toque sutil como el que enseñó para sacar la falta que le puso a Mario Hermoso. Y no le contará la asistencia al francés en las estadísticas porque el primer remate del central lo detuvo Masip, que no pudo hacer nada con el segundo intento.

Todo decidido con una hora de partido por delante, la alfombra roja perfecta para el debut de Memphis Depay, que con solo dos entrenamientos con su nuevo equipo empezó en el banquillo y con ganas de debutar. El momento era perfecto, porque el Metropolitano era una fiesta y Jan Oblak no se tuvo que manchar los guantes en toda la noche.

Entró al final el jugador neerlandés, que buscó el gol con algo de egoísmo en su estreno en un día en el que todo había quedado sentenciado mucho antes gracias a la inspiración de Griezmann. No había un mejor recibimiento para el nuevo delantero, en una tarde en la que el equipo pudo guardar fuerzas para la Copa ante el Real Madrid y sumar en Liga para seguir en puestos Champions.