Derbi

“El Pupas”: Así nació la leyenda atlética que el Real Madrid quiere mantener viva

La historia rojiblanca está plagada de sobresaltos. Nadie olvida la Copa de Europa de 1974 o el gol de Ramos en el 93. Tras la dura derrota en el derbi copero, el Atlético busca revancha

Atlético-Bayern Múnich: la herida de la Copa de Europa de 1974
Atlético-Bayern Múnich: la herida de la Copa de Europa de 1974Archivo

Real Madrid y Atlético vuelven a verse las caras 30 días después de un duelo copero tenso que dejó polémicas arbitrales y nuevas 'heridas' abiertas entre ambos.

El Real Madrid llega al duelo tras su exhibición ante el Liverpool en Anfield y quizá en su mejor momento de forma desde el final del Mundial de Qatar. Los de Ancelotti han solventado con nota las dos duras salidas (Sadar y Anfield) de la última semana y ahora reciben al Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu con la intención de sumar otra victoria para meter presión al Barcelona, líder destacado de LaLiga.

El Atlético de Madrid, por su parte, regresa al escenario en el que fue eliminado de la Copa del Rey el pasado 26 de enero. Los de Simeone están también en una buena racha de juego y resultados, acumulando cuatro victorias y un empate en los últimos cinco partido de LaLiga. El equipo colchonero no pierde precisamente desde aquel partido ante el Madrid de cuartos de final de Copa del Rey. En lo que va de año sólo ha perdido con el Barcelona, en Liga, y con el Real Madrid, en Copa. En el campeonato doméstico, desde la derrota contra los azulgrana, ha encadenado seis jornadas sin perder (cuatro victorias y dos empates).

A priori, los pupilos de Ancelotti lo tienen todo para ganar la pelea pero, por si acaso, lo blancos confían en resucitar -si fuera necesario- esa dosis de infortunio marcada a fuego en el AND colchonero y confían en el el apodo de “El pupas” vuelva a confirmarse sobre el césped del Bernabéu. Pero, ¿Cómo nace la leyenda de “El Pupas”?

Una historia repetida en el tiempo

El Atlético de Madrid nació de madrugada como no podía ser de otra manera para el club que representa el Madrid más bohemio, sufridor y canalla. Siempre ha sido un club no apto para cardíacos y al que los triunfos nunca le resultaron fáciles. El sufrimiento, la emoción y una tensión insoportable hasta el pitido final han acompañado en los atléticos a lo largo de su historia porque, como dice su ADN, este equipo es un sentimiento y recorre los caminos del fútbol “latido a latido”.

Pocos aficionados conocieron y sintieron al Atlético de Madrid como Vicente Calderón (Cantabria, 1913-Madrid, 1987). Primero fue aficionado al club rojiblanco y luego presidente, durante 21 años en dos periodos. Él fue el responsable de la leyenda negra de El Pupas que por desgracia la historia hizo realidad en diferentes ocasiones. No en vano es el único equipo que ha jugado tres finales de Champions y la ha perdido cuatro veces.

Todo viene de la final de la Copa de Europa de 1974 que el Atlético de Madrid jugó contra el Bayern de Múnich en Bruselas. El Atleti iba ganando 1-0. Luis Aragonés había marcado de una sensacional falta. Pero a 42 segundos de que acabara el partido, cuando la copa era prácticamente rojiblanca, Schwarzenbeck, central del Bayern, marcó un tanto que acabó con el sueño rojiblanco. Por aquella época, no había penatis. Se jugaba un segundo partido días después. En él, un desmoralizado Atleti cayó por 4-0.

 

A partir de aquí, Vicente Calderón, su presidente, dijo que el Atleti era El Pupas, y ese atributo atributo se convirtió en una auténtica seña de identidad que ocupó portadas e incluso Joaquín Sabina inmortalizó en su himno.

Bruselas, Lisboa, Milán, el eje maldito

La historia se repetiría años después en Lisboa (2014) y Milán (2016). Tres minutos y unos penaltis. Sin ellos, el Atlético tendría ahora en su palmarés tres Copas de Europa. Un minuto le sobró en Bruselas, en la prórroga, cuando el central alemán Hans Georg Schwazenberg igualó el 0-1 de Luis Aragonés en el minuto 113; dos en Lisboa, cuando Sergio Ramos empató para el Madrid; y una tanda de penaltis final en Milán en 2016. Durísimo. Insoportable y muy atlético.

Diego Simeone aterrizó en diciembre de 2011 dispuesto a quitarle las tiritas a un club acostumbrado a las heridas, pero los madridistas confían en que ni el “cholismo” ni la épica pueda cortar la trayectoria de un equipo en racha.