Razones para soñar...

Llega la hora de la verdad para el Real Madrid, que en sólo ocho días, los últimos del mes de febrero y los primeros de marzo, se juega una temporada que oficialmente acaba en mayo, pero que para los blancos puede terminarse dentro de dos martes en Manchester. No pueden mirar más allá de las dos «finales» que les esperan en el Camp Nou (26 de febrero) y en Old Trafford (5 de marzo) y para las que Mourinho lleva tiempo trabajando y economizando los esfuerzos de sus piezas clave.

La más valiosa de ellas es Cristiano, el líder indiscutible de un grupo que no sabe jugar sin él y al que se espera en los partidos decisivos que se avecinan tanto en Copa del Rey como en Liga de Campeones. Es el máximo goleador madridista en las tres competiciones y también de los que más goles ha «regalado» con sus «asistencias». Se ha ganado la renovación al precio que él quiera, al mismo tiempo que el cariño de la afición del Bernabéu, convencida como nunca de que es su gran estrella y el que les puede conceder más momentos de felicidad en un futuro próximo. 35 goles en las tres competiciones fundamentales son sus números este curso; tan importantes como la sensación de mejoría que siente el equipo cuando él está sobre el césped. En Riazor, sin ir más lejos, quedó claro que con él todo es mucho más sencillo.

- La clarividencia de Özil. Personifica el último pase, es la materia gris del esquema de Mourinho y otro de los absolutamente imprescindibles. También descansó casi una hora ante el Deportivo y por sus momentos de inspiración pasan las esperanzas del club. 10 «asistencias» y 5 tantos firma el alemán, otro de los ojitos derechos de la hinchada y mediapunta para muchos años en el Real Madrid. Porque el pasado verano llegó Modric dispuesto a ponerle en aprietos, pero en unos pocos meses ha quedado claro que el nivel de uno y otro es difícilmente comparable.

- El equilibrio del doble pivote. Xabi va a tener nueve días de descanso antes de la vuelta de semifinales de Copa del Rey ante el Barcelona. Mourinho y el madridismo rezan porque sean suficientes y su pubalgia le permita formar, como casi siempre, al lado de Khedira. El alemán ha dado un paso adelante este curso, acercándose a la versión que ofrece con su selección: impecable en el corte y protagonista en sus llegadas desde atrás. Ambos forman el doble pivote indiscutible y titular de los blancos y con el que Mourinho se jugará sus dos últimas balas para aumentar su palmarés en el banquillo del Real Madrid. Pepe y Essien podrían sumarse para formar el trivote, o triángulo de presión alta, si la situación lo requiere.

- Y de repente, Varane. El francés ha llegado de puntillas al primer plano, pero parece que para quedarse definitivamente. Apareció ante el Manchester City cuando «Mou» «castigó» a Sergio Ramos y también fue titular frente al Dortmund. Dos partidos grandes en los que cumplió como un veterano. Ante el Barça, en la ida de Copa hizo el tanto del empate y fue la estrella del equipo, así que ha pasado de secundario a protagonista y no es descartable que aparezca como central titular para que Sergio Ramos juegue en el lateral o Pepe espere en el banquillo como posible opción en el centro del campo.

- ¿Kaká? Al brasileño le ha dado por perdido ya varias veces el cuerpo técnico, aunque muchas también ha completado algún buen partido y recuperado parte del crédito. Ahora acumula varios choques más que aceptables, con detalles de calidad y mucho más compromiso defensivo del que se espera de un mediapunta. Ha sido el mejor del «equipo B» que Mourinho ha exhibido en Liga últimamente y puede haberse ganado un puesto en el banquillo en las grandes citas, quién sabe si para tener todavía algunos minutos de gloria.