Fútbol

Real Madrid - Milan: así será el emotivo homenaje a la Comunidad Valenciana

El equipo blanco juega hoy la Champions, pero antes se va a acordar de la tragedia de la DANA

Estadio Santiago Bernabéu @Gonzalo Pérez Mata
Estadio Santiago Bernabéu @Gonzalo Pérez Mata Gonzalo Pérez Mata Fotógrafos

Antes de que le preguntasen en la conferencia de Prensa anterior al partido de Champions ante el Milan, Carlo Ancelotti tomó la palabra: «Hace una semana que sucedió la tragedia en Valencia. Estamos tristes y muy cerca de todos los pueblos afectados. Ojalá esto se pueda resolver pronto. En este sentido, quiero que comprendáis que hablar de fútbol en estos momentos es complicado, igual que jugar», dijo el entrenador italiano, serio y cariacontecido. Y continuó: «Somos parte de este país y todo esto afecta mucho. Por respeto a vosotros y a todos los que están sufriendo, intentaré hacer una rueda de prensa lo más sencilla posible, porque no tengo ganas de hablar de fútbol. El encuentro contra el Milan es un partido especial y me gustaría hablar mucho de ello, pero por respeto intentaré hablar lo menos posible».

Es un partido especial porque, pese a que Carlo Ancelotti ha vivido mucho en el mundo del fútbol, ha viajado y ha entrenado a grandes equipos de las mejores Ligas europeas, el Milan y el Real Madrid son sus equipos de corazón. En el primero se hizo futbolista (y estuvo en aquel Milan de Sacchi que machacó al Real Madrid con un 5-0 y muchos fueras de juego. El que fundió para siempre a la Quinta de El Buitre) y en el segundo, en el Real Madrid, ha alcanzado su máximo techo como entrenador.

Es el primer partido del Real Madrid tras la DANA y en el Santiago Bernabéu se ha preparado un sentido homenaje: "Se guardará un minuto de silencio esta noche. En un lateral se desplegará la bandera de la comunidad valenciana. Los jugadores saldrán con camiseta que dicen: Todos somos Valencia - Siamo tutti Valencia. Llevarán brazaletes negros", ha asegurado la periodista Arancha Rodríguez.

Pero, además, es un partido especial para el conjunto blanco porque llega después de uno de los momentos deportivos más difíciles del club blanco durante este curso. Difícil e inesperado.

Perdió contra el Barcelona el Clásico de LaLiga y dos días después vio cómo las votaciones de «France Football» dejaban a Vinicius sin Balón de Oro, pese a que casi todo el mundo contaba con ello. Fueron dos golpes un tanto sorprendentes y que han resituado al actual campeón de la competición esta temporada.

Este encuentro contra el conjunto italiano y el del sábado próximo contra Osasuna en LaLiga tienen que marcar la nueva senda del equipo de Carlo Ancelotti tras un comienzo más irregular en el juego que en los resultados, hasta que llegó el Clásico. El Real Madrid fue superando sus problemas de fútbol y de dudas acerca de cómo jugar con buenos resultados, salvando los partidos. Sin embargo, la segunda parte del partido contra el Barcelona, que tan lejana parece ya, no permite engañarse.

El Madrid de Carlo Ancelotti necesita una reacción que sea consistente durante varios partidos y nada como dos choques seguidos en el Bernabéu para encontrarse. Ancelotti ha tenido tiempo para trabajar y quizá para dar una vuelta a lo que quiere del equipo y cómo sacarle el máximo rendimiento a sus jugadores.

El grupo necesita encontrar al mejor Mbappé, explotar a fondo sus virtudes, que hasta ahora han pasado inadvertidas. El francés es consciente de que en este primer tramo de la temporada, pese a que su cifra de goles no está mal, no ha ofrecido todo lo que debe ofrecer al Bernabéu de acuerdo con su estatus.

La segunda solución que tiene que encontrar el entrenador italiano es conseguir que el centro del campo sea efectivo y mande en los partidos. Sin Mbappé al ciento por ciento, Ancelotti no ha hecho cambios arriba; sin embargo, sí que ha dado vueltas a la zona medular en busca de la combinación de futbolistas que le dé mejor resultado. Si no juega Rodrygo, su centro del campo ideal es el que forman Bellingham, Tchouaméni, Valverde y Camavinga, pero no funciona como debería. El inglés queda aislado del juego y pierde toda su calidad y su llegada al área, mientras que Tchouaméni está siendo, junto a Mbappé, uno de los más discutidos porque no es diferencial para el equipo, ni en ataque ni en defensa.

Ancelotti no es de tomar decisiones bruscas porque siempre prima más la jerarquía y la idea de que, al final, son los jugadores con más nombre los que le van a solucionar la larga temporada, pero el italiano también sabe que, aunque es pronto, se ha llegado un a punto clave del curso en el que las cosas no pueden seguir como estaban antes de este parón.