Fútbol
Trejo triunfa con la banda equivocada
Canterano de Boca, triunfa con la camiseta del Rayo, el equipo hermanado con River, su eterno rival
A los 33 años Óscar Trejo (Santiago del Estero, Argentina, 1988) atraviesa su mejor momento como futbolista. Ha superado a Wilfred como el extranjero que más partidos ha disputado con el Rayo -alcanzará los 200 en el Bernabéu- y se acerca ya a leyendas del rayismo como Cota, que llegó a los 216.
Trejo triunfa con la camiseta equivocada. Criado en Boca Juniors, es ídolo del Rayo, un equipo hermanado con River, el eterno rival del equipo boquense. Pero el argentino es ya una parte de la franja. Inseparables. Y reconoce que quiere retirarse en Vallecas, como ha confesado en una entrevista con unionrayo.es.
Algunos ya lo piden para la selección argentina y su temporada lo justifica. Sólo se ha perdido un partido, contra el Athletic, y dejó de ser titular en dos partidos. En los otros nueve ha jugado desde el comienzo, ha marcado dos goles y ha dado seis asistencias. Sólo lo supera Benzema en pases de gol. La última fue el pase a Falcao para el gol con el que el Rayo derrotó al Barcelona.
“Entiende el juego muy bien y seguramente no tiene las piernas de hace ocho años, pero nos da ese punto de pausa para lanzar a jugadores rápidos. Cuando tenemos que hacer un ataque organizado se maneja muy bien”, asegura Iraola, el entrenador con el que mejor ha rendido el argentino. En Primera su fútbol brilla más.
En Vallecas ha encontrado la estabilidad que le ha faltado durante gran parte de su carrera. Ha pasado por seis equipos, aunque en muchos de ellos ha tenido varias etapas, como el Mallorca y el Rayo. El equipo balear fue el que lo trajo a España cuando era uno de los futbolistas más prometedores de la cantera de Boca Juniors. Tenía sólo 19 años y el Mallorca pagó dos millones y medio por su traspaso.
Nunca se ha vuelto a pagar tanto por su fichaje. Pasó por el Elche, el Rayo, el Sporting y el Toulouse, pero su casa está en Vallecas, adonde decidió regresar cuando terminó su contrato con el equipo francés. Había sido fundamental ya en el ascenso con Sandoval en el banquillo y volvió a serlo el año pasado.
En Mallorca vivió uno de los episodios más curiosos de su carrera, cuando el árbitro Ramírez Domínguez reflejó en el acta unos presuntos insultos racistas de la afición mallorquinistas a Yaya Touré en un partido contra el Barcelona. Confundió los gritos de “negro, negro” que sonaban en su cabeza con los de “Trejo, Trejo” que servían a la hinchada balear para animar al argentino, que calentaba en la banda.
Han pasado muchos años, aquello sucedió en 2008, pero Trejo sigue siendo ese futbolista en el que confía su afición para que las cosas vayan mejor.
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