Fútbol

Benzema se reencuentra con el gol y el Madrid vuelve con victoria en Valladolid

En un partido irregular de los de Ancelotti y protagonizado por dos manos en el área local, el equipo se llevó los tres puntos en la vuelta de LaLiga

Karim Benzema, titular en el Valladolid-Real Madrid
Karim Benzema, titular en el Valladolid-Real MadridManu FernandezAgencia AP

Tiene su aquel que en un deporte donde se premia la habilidad con el los pies sean las manos las que están teniendo tanto protagonismo últimamente. No es que se produzcan más que antes, es que no se puede no hablar de ellas. Como en la victoria del Real Madrid en Valladolid, que le da serenidad para este recomienzo de la temporada. Fue un partido gris, irregular y en algún momento peligroso para los de Ancelotti, pero que deja la duda de qué hacer con los penaltis por mano, qué se pita y por qué se pita. En el Madrid tuvieron la sensación de que les habían robado uno en la primera mitad, pero sí que le pitaron otro en la segunda. En ambas jugadas, el golpeo de la pelota con la mano es clarísimo. Que una sea penalti y otro empieza a ser un misterio para el que casi nadie, y menos los árbitros, tiene respuestas. El caso es que con el segundo pudo reestrenarse Benzema y el Madrid terminó con serenidad un choque que se le indigestó durante demasiados minutos, hasta que Courtois, con una parada bestial, despertó a los suyos, avisándoles del peligro. Ese fue el principio de la victoria.

Dijo Ancelotti hace meses que lo que espera a partir de ahora en la competición es un misterio porque no se sabe cómo puede afectar el Mundial y el parón inédito de LaLiga. Los jugadores han tenido vacaciones o se han entrenado sin presión. Se va a ir viendo partido a partido. La primera consecuencia para el Madrid fue que volvió a competir sin Modric ni Tchouameni en el centro del campo y con Benzema en el equipo titular, después de que el delantero faltase en los últimos encuentros en España y no se estrenase en el Mundial. Pero el Madrid de Ancelotti es reconocible por mucho que cambien lo futbolistas que están en el campo o por mucho que pase el tiempo sin jugar. Es un equipo que juega con paciencia, a veces demasiada y que busca en Vinicius las revoluciones que necesita para cambiar de ritmo. Un equipo que aprovecha los cambios para revolucionarse y resolver los partidos cuando se acerca el final. Si al Madrid no le has ganado cuando se acerca el tramo final, date por muerto. Lo sufrió un Valladolid muy digno, con oportunidades y superior bastantes minutos, que obligó a que Courtois sacase su mejor versión y que tuvo que enfrentarse, en la segunda mitad, a las lesiones consecutivas de dos de sus futbolistas.

Fue el Madrid quien llevó el ritmo del choque nada más comenzar y jugó en el área rival, pero sin el mordiente suficiente cuando la pelota no la tenía Vinicius, el futbolista que entiende que el camino más corto siempre es la línea recta y no importa el número de jugadores contrarios que haya que regatear para llegar al objetivo. Fue un Madrid aseado, dominador, pero sin guantes para golpear y hacer daño. Tampoco ayudó una (no) decisión del colegiado, que no vio mano en la primera mano. Porque las manos pueden ser manos y a la vez no serlo. El problema es que, como antes de que se parase LaLiga, seguimos sin saber qué es una mano sancionable dentro del área y qué no. El balón golpeó en la mano de Javi Sánchez, el jugador del Valladolid, que se iba al suelo y no la tenía apoyada. Ni el colegiado consideró que era penalti ni desde el VAR le hicieron pensar que podía estar equivocado. Porque a lo mejor no lo era o porque, a lo mejor, ya nadie sabe qué se pita como penalti por mano o qué no. Hasta Ancelotti, calmado casi siempre cuando ocurren estas acciones arbitrales, pidió explicaciones a Munuera Montero. El entrenador madridista, probablemente, quería que el colegiado, o ya quién fuera, le explicase por qué en el Bernabéu se pitó un penalti a Asensio y en Pucela, ese primero, no se señaló.

No hubo penalti y tampoco hubo muchas más jugadas con las que el Madrid confirmase que además del balón y del control territorial tenía el dominio del partido. Movía la pelota de lado a lado para que Vini y Asensio creasen las jugadas. El brasileño llegando al área; el español tirando desde lejos, más irregular, en su papel habitual. Mientras Benzema intentaba jugar por dentro. Tuvo el francés la mejor ocasión del primer tiempo, en un balón muerto en el área. Le quedó perfecto, centrado, para romperlo y meterlo, pero se le marchó alto. No hubo muchas más noticias de Karim hasta el final del choque con los goles. Es una buena medicina para un futbolista que necesita tiempo y confianza.

Se fue desdibujando el francés y se fue desdibujando también el Real Madrid, que se vio más frágil de lo que pensaba cuando el Valladolid salió de la cueva para probar a Courtois. Lo hizo una vez, con el partido bastante avanzado y como se dio cuenta de que era fácil, le dio confianza para abandonar el papel timorato con el que había empezado el choque para irse hacia arriba, presionar más cerca del área blanca y llegar haciendo daño durante varias jugadas consecutivas para dibujar otro partido, ya de igual a igual.

El Madrid se volvió gris, sin reacción. No funcionó el centro del campo, porque Valverde parecía atado y Ceballos da la impresión de hacer muchas cosas sin concretar después en ninguna. Con el Valladolid más firme y más confiado, el Madrid se refugió en el de siempre: Courtois. Su comienzo de temporada y su Mundial no estuvieron al excelso nivel que suele promediar el portero belga, pero en Valladolid volvió a hacer lo que mejor sabe: salvar a los suyos cuando las cosas se complican mucho. En esas paradas en las que se estira parece más alto aún de lo que es.

Courtois paraba y Ancelotti sacaba a los habituales para revolucionar: un lateral, Lucas Vázquez, Rodrygo y Camavinga, que ha descubierto que puede jugar en banda también, donde se aprovecha su dinamismo y se desordena menos. El Madrid cogió aire con ellos y más con otra mano de Javi Sánchez, que ya era imposible no pitar. Ahí se entregó el Valladolid, se expulsó Sergio León y aprovechó Benzema para marcar otro.

Once del Real Madrid: Courtois, Carvajal, E. Militão, Rüdiger, Mendy, Valverde, Kroos, Ceballos, Asensio Benzema y Vinicius