Fútbol

Theo Zidane, el penúltimo Zidane del Real Madrid, ¿qué pasó con Enzo y Luca?

Theo Zidane está en la convocatoria de Ancelotti para el Real Madrid - Nápoles de la Champions. Elyaz es el cuarto y ya se ha entrenado con el primer equipo

Theo Zidane, junto a Rüdiger, en el entrenamiento del Real Madrid
Theo Zidane, junto a Rüdiger, en el entrenamiento del Real MadridAgencia EFE

Theo Zidane es el penúltimo de los hermanos Zidane que ha entrado en una convocatoria del Real Madrid. Enzo, que es mediapunta y Luca, que es portero, ya jugaron en el equipo blanco, aunque no consiguieron continuidad y se marcharon. Theo empezará como suplente hoy frente al Nápoles. «Habéis hablado mucho de que no juega la cantera, pero ahora hay que aprovecharse de su calidad. Han jugado Nico y Gonzalo y Mario estará en la convocatoria. Theo puede que también esté», decía Ancelotti antes de confirmar que sí estaba en la convocatoria para el choque de hoy. «Tengo mucha confianza en ellos y Raúl está haciendo un trabajo fantástico. Los jugadores están listos para jugar con nosotros, aunque tengo que dar prioridad a los jugadores de la primera plantilla que menos han jugado. Estoy tranquilo con la cantera porque están listos para jugar con nosotros», continuaba el entrenador italiano.

Zidane ya no está pero su legado continúa con sus hijos. Cuando Zizou jugaba en el Real Madrid. Enzo Fernández entraba en el Benjamín A de la cantera madridista. Era un niño de 9 años, una edad en la que aún es muy difícil observar si un futbolista va para estrella o si, por lo menos, tiene cualidades. A Enzo, sin embargo, se le veían maneras que su padre,en esos tiempos, lucía en el Santiago Bernabéu. «Se notaba que jugaba en casa con él. Hacía sus ruletas», cuenta uno de los técnicos que entrenó al niño que se apellidaba Fernández, como la madre, para no ser reconocido como el hijo de Zidane. Como Luca, Theo y Elyaz, todos hijos de Zidane, todos en la cantera madridista y todos apellidados Fernández cuando su padre era futbolista y entrenador del club. Zidane jugaba con ellos en casa, como se puede ver en un vídeo de internet, en el que ellos intentaban imitar la famosa ruleta de su padre. A veces les salía, a veces se caían.

 

Enzo fue el que abrió el camino, pero ahora, tras muchos equipos sin suerte, está si equipo. El último fue el Fuenlabrada. Luca, tras no tener suerte en el Real Madrid, es ahora portero titular en el Eibar. Todos han sido reservados como su padre, sin llamar la atención ni presumir de apellido. Zinedine Zidane le dijo un día a un ex compañero de profesión y ahora amigo que no le gustaba nada salir en los periódicos. Su amigo le contestó: «Eres Zidane, no puedes evitarlo».

Tanto la familia como el club han tenido especial cuidado en proteger a los hijos. Sólo los familiares van a los entrenamientos, no dan entrevistas, no conceden más información que la que se ve en la web. Pero era imposible no llamar la atención cuando Zidane es quien te llevaba a los entrenamientos. Él, su madre, o alguien de la familia, son quienes se ocupaban de recoger a los niños. Cuando eran más niños tenía clases por la mañana y entrenamientos por las tardes en Valdebebas, dos o tres días a la semana, según el equipo en el que jugaban

Los que esperaban que Zidane utilizase su nombre para hablar de sus hijos o para promocionarlos, se equivocaron. Fue tan discreto con sus hijos como lo era en el campo. Muchos familiares de otros compañeros se acostumbraron, hace años, a verle por las gradas, aunque él se situaba en una zona reservada para evitar las inevitables peticiones de autógrafos. Zidane quería que se tratase a todos sus hijos con la mayor naturalidad posible. Y él actuaba como si no fuera el futbolista que de un balón que cayó del cielo, dio la «Novena» al Real Madrid. «Te llamaba cuando tenía que comentar algo para su hijo, como otros padres –explicaba un ex entrenador de la cantera–. Preguntabas quién es y te decía: “Soy el padre de Enzo”. Era Zidane, pero prefería no decirlo». Cuando era futbolista profesional, por culpa de algún partido, tenía problemas para llevar al niño a los entrenamientos. No había excusa mayor. Pero Zidane hablaba con el técnico de su hijo y le pedía permiso para que Enzo faltase.

En una cena de padres de futbolistas de la cantera, uno le invitó. La noche de la quedada, Zizou apareció en el restaurante junto a otros padres. Era uno más, o eso quería. Era de una naturalidad imposible: el restaurante tuvo que cerrar las puertas de la gente que entraba a ver al padre y estrella.