Tras los pasos de Cruyff

El Real Madrid ha perdido la tranquilidad que le daban los resultados en años pasados y se refugia en las estadísticas y la superstición, en que Mourinho fue segundo en el grupo de la Liga de Campeones las dos veces que la ganó, con el Oporto y con el Inter. Para la Liga, no queda consuelo, nadie fue capaz de remontar una diferencia de once puntos. Aunque la estadística, como casi todas, es mentirosa. En la temporada 91/92, el Real Madrid que dirigía Radomir Antic tenía ocho puntos de ventaja sobre el Barcelona de Cruyff. El serbio sólo aguantó una jornada más, medio campeonato, y el Barcelona remontó hasta ganar la primera de las Ligas de Tenerife. Se cuentan ocho puntos, pero la diferencia real con la puntuación actual sería de doce, porque en aquella época todavía regía el antiguo sistema de dos puntos por victoria en lugar de los tres actuales. En aquellos tiempos en que todavía la clasificación hablaba de positivos y negativos, el Barcelona fue capaz de remontar cuatro partidos de diferencia. Los mismos que necesita el Madrid.

El problema es que nada dentro del club anima a la remontada. El martes, en la conferencia de prensa previa al encuentro contra el City, Pepe pidió la renovación de Cristiano Ronaldo a pesar de que aún le quedan dos años más de contrato. El defensa sólo incidía en las peticiones de su amigo, necesitado de dinero y de cariño. El sábado fue Mourinho tras la derrota ante el Betis el que «cargó» contra todos, los jugadores, el club, los árbitros y el Barcelona. Pide más compromiso a sus futbolistas y, a la entidad, que le apoye en sus reclamaciones y que influya más en la elaboración del calendario. Al portugués le parecen pocos los tres días de descanso de sus jugadores entre la «Champions» y la Liga. Los mismos días que descansó el Málaga, que viajó a San Petersburgo, para vencer al Valencia, que había jugado en su casa el martes. Los mismos que tienen el Athletic, el Atlético y el Levante cada vez que juegan la Liga Europa el jueves y la Liga, el domingo. Casillas parece el único interesado en unir algo en el club. «Mourinho se tiene que sentir más arropado por nosotros», dice el capitán.