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Tu equipo es tu carácter

La Razón
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«Hay que pensar antes», decía ayer Ancelotti sobre el papel de los centrocampistas. «No creo que tener grandes condiciones físicas sea lo más importante para esa posición. Lo fundamental es pensar la jugada antes de que llegue el balón», continuó. Tranquilo, ordenado y con clase, Ancelotti era un centrocampista contrario a lo que fue siempre Simeone, un tipo con carácter, que suplía con intensidad y corazón lo que le faltaba de talento. Eran dos futbolistas de estilos distintos y sus equipos, por tanto, tienen estilos distintos. Se juega como se es y se entrena como se es. Por eso, Ancelotti pide a sus centrocampistas talento, mientras que Simeone les arenga para que tengan garra. El Madrid quiere la pelota; el Atlético quiere ir a la guerra.

Los dos coincidieron en Italia, aunque Simeone era aún futbolista, mientras que Ancelotti tenía ya responsabilidad en los banquillos de los grandes conjuntos italianos. El ex rojiblanco agitaba el Inter y Lazio desde el centro del campo como si en cada balón le fuese la vida y cada rival fuese el enemigo más odiado, mientras Ancelotti movía la ceja y ponía calma y títulos en el Parma, la Juve y el Milan. Como entrenadores se encuentran donde debían encontrarse. El italiano, «un entrenador de grandísima jerarquía, con una capacidad enorme, que lo ha demostrado en los mejores equipos», según su rival hoy tenía que llegar al Madrid. Y Simeone, desde que comenzó a entrenar, se sabía que iba a acabar en el Atlético: «El equipo tiene sus características como jugador. Colocación perfecta, mucha concentración y carácter. Lo que era Simeone de jugador es el Atlético de Madrid», dijo ayer Ancelotti.

El italiano que su equipo se exprese a través de sus centrocampistas: que sean Isco, Illarramendo o Modric los que den estilo al equipo. «Que cuando hagamos un cambio de juego, lo hagamos a través de los centrocapistas y no pasando el balón a los defensas», explica. Simeone habla de otra cosa: «Tenemos que dar una imagen de equipo intenso», explicó ayer. Dos formas de ver el fútbol, dos formas de enfrentarse a la vida, hoy en el Santiago Bernabéu.