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Hípica

La "gasolina" de los caballos

La alimentación es un elemento clave en su rendimiento y el comienzo de la temporada es el momento perfecto para revisar y ajustar su dieta

Borja Galdeano, con Beatriz Ferrer-Salat Chacco Marketing

Los caballos son atletas de élite de cuatro patas y su rendimiento depende directamente de su alimentación. La nutrición es el motor silencioso que sostiene su bienestar, su rendimiento deportivo y su longevidad. Ahora, en el arranque de temporada tras el descanso estival, es el momento perfecto para revisar y ajustar su dieta. No es lo mismo preparar a una yegua que está criando, que a un caballo veterano retirado o un pura sangre de carreras. Cada uno tiene necesidades concretas y descuidar ese ajuste puede derivar en complicaciones a corto o medio plazo.

Borja Galdeano, CEO de Special Feeds y especialista en nutrición equina con más de veinte años de experiencia, lo tiene claro: "Es fundamental revisar y ajustar la alimentación al inicio de la temporada. Si en ese momento no damos al caballo los nutrientes necesarios, es fácil que aparezcan complicaciones". Lo primero es analizar qué ha estado comiendo el animal durante el descanso y qué tipo de trabajo ha realizado. A partir de esa información se planifica el arranque del nuevo curso, ya sea deportiva, de cría o de simple paseo. La dieta siempre va adecuada al nivel de exigencia que va a afrontar.

Durante los meses de descanso, lo habitual es reducir tanto la cantidad como la calidad del pienso y aumentar el forraje. Esa práctica, aunque adecuada en fases de menor actividad, exige una transición cuidadosa en la vuelta al trabajo. "Lo que más necesitan los caballos en ese momento es un aumento de energía, que implica subir los niveles de proteínas, vitaminas, minerales y demás nutrientes que influyen directamente en el rendimiento deportivo", señala Galdeano. La fibra de buena calidad -alfalfa, henos bien conservados o ensilados equinos- juega un papel decisivo. Si la nutrición en reposo ha sido correcta, basta con ir aumentando progresivamente los kilos de pienso para que el propio caballo marque cuándo necesita un mayor aporte energético.

Los errores, sin embargo, son frecuentes. Entre los más comunes, Galdeano menciona la práctica de tener al caballo en descanso a base de forraje y pasto y, después, reincorporar de golpe el pienso habitual. Ese cambio brusco pone en aprietos al sistema digestivo y retrasa la recuperación. Los caballos tienen un aparato digestivo muy delicado, el 90 por ciento de ellos mueren de cólico. Un buen manejo de la nutrición da tranquilidad al propietario. Otro fallo habitual son las prisas: pensar que con un pienso de mayor nivel energético el caballo va a recuperar su forma de inmediato. "Hay que recordar que cada temporada el caballo es un año más viejo y eso implica cambios en su metabolismo y en sus necesidades nutricionales", advierte el experto.

El propio caballo da pistas sobre si su dieta es adecuada o no. La pérdida de peso, los cascos quebradizos, el pelo apagado o una actitud decaída son indicadores claros de que algo falla. También lo son los cambios en el trabajo: un caballo que rehúye salir a la pista o que se defiende constantemente durante el entrenamiento está enviando una señal de alarma. "Su aspecto, su condición y su actitud en el trabajo son los mejores indicadores de si la dieta está o no equilibrada", afirma Galdeano a LA RAZÓN.

La buena nutrición no sólo se traduce en rendimiento deportivo, sino que tiene un impacto directo en la salud general y en el bienestar emocional del animal. Un caballo correctamente alimentado aprovecha mejor su calidad innata. Además, todo el entorno debe acompañar. "Un caballo feliz asimila mejor tanto el trabajo como la alimentación, y eso repercute directamente en su salud y en su rendimiento", asegura el CEO de Special Feeds.

Cada disciplina y cada perfil de caballo requiere una estrategia nutricional específica. "La clave está en la paciencia, la progresión y la planificación adecuada", señala Borja Galdeano. "Si todo se hace con estrategia, en un tiempo óptimo el caballo estará en perfectas condiciones para empezar a trabajar y asimilar la temporada, con la posibilidad incluso de mejorar los resultados respecto a la anterior", concluye.