Tropiezo
El Girona pierde algo más que dos puntos contra la Real
Empata a cero con un gol anulado a cada uno y la semana que viene irá al Bernabéu sin Yangel Herrera, Blind ni Míchel
Podía esperarse cualquier cosa de un partido entre dos de los equipos más atractivos de la Liga. Cualquier cosa menos un cero a cero y falta de ocasiones en la segunda parte hasta los últimos diez partidos. Pero el calendario y las ausencias pesan. Faltaba Dovbyk en el Girona y medio equipo en la Real, que además perdió a Odriozola nada más comenzar el partido y a Sheraldo Becker, que se llevó la mano al muslo después de un disparo.
Tampoco salió ileso el Girona, que pierde para el Bernabéu a Yangel Herrera, que vio la quinta amarilla, y a Míchel, su entrenador, que protestó la tarjeta del venezolano. «Así, así, así gana el Madrid», comenzó a gritar después Montilivi mientras Oyarzabal asustaba a Imanol y a la afición de la Real después de un choque con Gazzaniga. Se levantó con la esperanza de que no haya daños más allá del rodillazo que se llevó del portero del Girona.
Estaba el partido ya en la prolongación, pero no estaba acabado. Quedaba una carrera de Yan Couto por la derecha, un par de regates y un pase perfecto a Valery, que remató a la primera desviado. Está acostumbrado el Girona a los finales explosivos. Allí, en el añadido, ha resuelto partidos que parecían imposibles y aún tuvo otra ocasión de Savinho y una amarilla para Daley Blind, otro que se pierde el partido del Bernabéu.
Hasta ahí había controlado más el partido la Real, que marcó un gol, como el Girona, aunque los dos fueron anulados. Oyarzabal, que remató un rechace de Gazzaniga a disparo de André Silva, estaba en fuera de juego. Por el mismo motivo anuló Gil Manzano el gol que había marcado antes el Girona. Tuvo que echar la jugada muy atrás el VAR para encontrar un fuera de juego de Savinho mucho tiempo antes de que marcara Yangel Herrera, aunque la jugada era la misma.
No hubo goles, pero el partido estuvo vivo de principio a fin. Y el Girona apretó más cuando retiró del campo a dos de sus principales jugadores, a Aleix García y a Tsygankov, que tienen mucha responsabilidad en el buen momento del equipo. Pero Valery estuvo más cerca del gol que nadie en el partido. Aunque antes Gazzaniga tuvo que esforzarse para despejar a córner un remate de Brais que podía haber cambiado el destino del partido.
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