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Olazábal, el ejemplo a seguir
Hay deportistas a los que se les reconoce una carrera repleta de éxitos. Otros son admirados por sus valores más allá del deporte. José María Olazábal (Hondarribia, 1966) lo aúna todo. Es uno de los mejores golfistas que ha dado nunca el Viejo Continente y ha superado todos los baches que le ha puesto su cuerpo durante su carrera, que no han sido pocos. Su espíritu de superación es admirado en todo el mundo y el respeto hacia su figura es máximo. Es imposible encontrar una mala palabra hacia su persona, como es imposible descubrirle un mal gesto en un campo de golf. Olazábal es un ejemplo en todo en la vida y, por eso, el reconocimiento que recibió ayer ha sido elogiado de manera unánime. El vasco es el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2013.
No lo ha tenido fácil el jurado del galardón este año. De hecho, la votación final ha sido una de las más igualadas de la historia, con el propio Olazábal y la nadadora paralímpica Teresa Perales como protagonistas. Perales, con 22 medallas paralímpicas en su palmarés, era una de las favoritas, pero finalmente se vio superada en la votación por nueve a ocho. Los Príncipes de Asturias felicitaron al golfista, que se encuentra esta semana en Múnich para disputar el BMW, mediante un telegrama en el que destacaron «su espíritu competitivo y su afán de superación, que le han permitido conquistar los más altos triunfos deportivos».
La carrera de Olazábal ha estado marcada por los éxitos, pero también por las lesiones. Sus problemas de espalda estuvieron a punto de retirarle, pero gracias a su empecinamiento y a una lucha sin cuartel los pudo dejar atrás. En la historia del golf español, sólo él y «Seve» han saboreado las mieles de un «grande». Olazábal triunfó dos veces (1994 y 1999) en Augusta, aunque seguramente lo que le ha convertido en leyenda son todas sus hazañas en la Ryder Cup. Como jugador, formó una pareja inolvidable con Ballesteros, con el que aún conserva unos cuantos récords en la competición con más mística en el mundo del golf. Y como capitán, tomó el testigo de su íntimo amigo «Seve» para culminar una gesta en Medinah que está muy reciente en la memoria de todos los aficionados. La fabulosa remontada a la que el vasco condujo al equipo europeo quedará para siempre como uno de los grandes hitos de la historia del deporte.
El golf le debe mucho a Olazábal, especialmente, en España, donde su figura ha ayudado a difundir un deporte que sufre de no pocos estereotipos. «Siento una gran emoción, orgullo, satisfacción y agradecimiento, sobre todo, por ver que nuestro amado deporte del golf tiene su plaza en el corazón y en la mente de tanta gente», comentó el de Hondarribia en declaraciones a María Acacia López-Bachiller. Siempre ha sido un caballero en la victoria y en la derrota. Ayer no fue ninguna excepción: «Esperaba que ganara Teresa Perales porque, dentro del deporte paralímpico, representa la quintaesencia de la superación».
Una de las personas más contentas ayer era Gonzaga Escauriaza, presidente de la Federación Española de Golf, promotora de la candidatura de José María Olazábal. «Representa los valores del golf, la humildad y el respeto a las reglas. Este galardón es un gran honor para nuestro deporte», convino. «Ganar este premio es espectacular. Chema lo merece y así se reconoce lo que pasó en Medinah», añadió Sergio García.
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