Juegos Olímpicos

Halterofilia

Lydia Valentín recibe su oro olímpico siete años después

Había terminado cuarta en Londres 2012, pero las tres que la vencieron fue gracias al dopaje. Le entregaron el metal en la sede del Comité Olímpico Español

Lydia Valentín, en el acto de entrega de su medalla. Se la dio Marisol Casado, miembro del COI
Lydia Valentín, en el acto de entrega de su medalla. Se la dio Marisol Casado, miembro del COIlarazon

Y resultó que la cuarta era la primera. Y no fue un regalo, sólo justicia. La haltera española Lydia Valentín ha tenido que esperar siete años para que lo que fue quedarse a las puertas del podio olímpico en Londres 2012 se convirtiera en subirse a lo más alto. La leonesa terminó cuarta en la capital inglesa, pero sólo la vencieron tres mujeres que habían hecho trampas. La kazaja Svetlana Podobedova había sido oro, y fue la primera en caer. Lydia subía hasta el bronce; después, se demostró que la rusa Natalia Zabolotnaya y la bielorrusa Iryna Kulesha también habían utilizado sustancias ilegales, por tanto la justa ganadora era Lydia Valentín. Desde 2012 hasta 2019 han sido siete años de espera, de papeleos y apelaciones. “Por fin soy campeona olímpica, estoy muy emocionada, estoy digiriendo todo lo que está pasando”, dijo la deportista. El oro ya es suyo. Nadie le podrá devolver el momento de estar en lo más alto del cajón en Londres escuchando el himno español, pero al menos sí ha tenido su homenaje: en la sede del Comité Olímpico Español se le entregó la medalla (lo hizo Marisol Casado, miembro del COI) y sonó el himno olímpico. El de España se escuchó al final del acto. Se emocionó Lydia, que incluso no pudo evitar llorar al hablar de su familia y el apoyo que le ha dado para poder practicar su deporte.

“Quiero una medalla nueva, las otras están sucias”, ha dicho muchas veces la leonesa. Las que las ganaron de forma sucia no quisieron devolverlas, pero esas habían perdido su brillo con el dopaje.

En la entrega de la medalla, se revivió el momento de su actuación en Londres, y la haltera se llevó un aplauso. El húngaro Tamas Aján, presidente de la Federación Internacional, tomó la palabra y guardó su discurso escrito en papel para “hablar con el corazón” de una atleta con “gran personalidad”. María José Rienda, presidenta del Consejo Superior de Deportes, utilizó palabras como “justicia y sacrificio”. Alejandro Blanco, presidente del COE, dijo que Lydia es “excepcional y única, más allá del palmarés espectacular”. También estuvo en el acto Constantino Iglesias, presidente de la Federación Española.

Es la segunda vez que se hace justicia con Lydia. En 2018, en febrero, le entregaron la plata que había ganado en Pekín 2008. Diez años tuvo que esperar en esa ocasión. Había terminado quinta, pero tres de las que la superaron lo hicieron de forma ilegal. En Río 2016, sumó un bronce, por tanto entra en el selecto club de las triples medallistas olímpicas. Tiene una de cada color. Con esta entrega es como si Lydia cerrara un círculo, pasara una página. Cuando su deporte más se ha limpiado, se ha demostrado que es la mejor, con dos títulos mundiales consecutivos. Quiere poner el broche de oro en los Juegos de Tokio 2020.