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Hípica

María González y Juan Carrillo: la pasión ecuestre que se convirtió en negocio

Ambos comparten una estructura profesional con más de 30 caballos en la finca de El Espinar

Juan Carrillo y María González Herrero
Juan Carrillo y María González HerreroChacco Marketing

María González Herrero, con 25 años, lidera junto a Juan Carrillo de Mendoza Osborne un ambicioso proyecto en la finca de El Espinar propiedad de los hermanos Sarasola. María representa la imagen de una nueva generación de amazonas: valientes, emprendedoras y con una visión integral de la hípica.

Fernando Sarasola
Fernando SarasolaChacco

"Es una aventura que se emprende con mucho trabajo, esfuerzo y, sobre todo, mucha afición", apunta. El germen de la actual estructura surgió a partir de compras individuales que ambos realizaban por separado. "Decidimos comprar un caballo que nos gustaba a los dos, nos dimos cuenta de que hacíamos un buen tándem y a partir de ahí no dejamos de comprar juntos", explica la vallisoletana.

Hoy comparten una estructura profesional con más de 30 caballos en trabajo en una finca con solera. María busca "caballos modernos, con buen galope, buen equilibrio y que usen bien el cuerpo". También valora que tengan "medios en libertad", aunque es consciente de que en esta profesión la apuesta nunca está exenta de riesgo. "Tenemos la suerte de contar con una buena socia y amiga de confianza en Holanda, de la que nos fiamos mucho a la hora de comprar".

María también se dedica a la cría. "Siempre he intentado criar algo, aunque sea poco. Con ''Queka'', la yegua de mi vida, me surgió la ilusión, y ese es el motivo por el que la retiré tan temprano", cuenta. De esa yegua tienen una cría nacida el año pasado, hija de "Colestus". Este año se han centrado más en la técnica del ICSI, con la cual han sacado 14 embriones (7 con "Emerald" y 7 con "United Touch", actual campeón de Europa). Además, han seleccionado algunas yeguas de tres años a las que planean sacarles una potro antes decomenzar su doma. Para 2026 esperan cuatro potros. Los sementales elegidos son "Chacfly PS", "El Barone 111", "United Touch" y "Emerald". "Creo que los orígenes son muy importantes, pero no lo son todo", señala María. "Nosotros, a la hora de criar, nos decantamos por sementales más contrastados porque los potros nacidos no los estamos viendo aún, siempre realizando un estudio previo de qué semental es afín a cada yegua".

La lógica cambia cuando se trata de compra directa: "Es diferente cuando vamos a comprar, que nos fijamos más en el caballo que en el origen". Desde hace unos meses, María y Juan han hecho de la finca El Espinar su centro de operaciones. "Nos instalamos aquí porque la yeguada nos encanta y es un punto intermedio entre Valladolid, donde yo vivía, y Madrid, donde vivía Juan", cuenta. El apoyo del jinete y empresario Fernando Sarasola ha sido importante: "Le contamos el proyecto y no dudó en apoyarnos y darnos todas las facilidades que estaban en su mano". Fernando Sarasola y su hermano Kike han sido jinetes olímpicos con España.

En El Espinar no sólo se crían y preparan caballos: se forman jinetes, se imparten clases y se ofrece pupilaje de calidad. "Ofrecemos todos los servicios", resume María. La formación, además, está en manos expertas y contrastadas, las de Juan Carrillo: "Juan cuenta con alumnos contrastados como Maya de la Joya o María García Pertusa y otros más jóvenes como Sofía Vich o Aina Fluxà".

Para reforzar esa línea formativa, el centro acogerá en septiembre un clinic con Lionel Collard-Bovy, entrenador y jinete de gran prestigio internacional. "Juan tiene muchísima confianza en Lionel, que ha sido su mentor. Estamos seguros de que será un éxito", afirma María. El clínic estará abierto a todo tipo de jinetes y contará con facilidades de alojamiento y transporte.

El proyecto ha ido creciendo, pero no sin sacrificios. "Lo más complicado para mí ha sido dejar mi casa y alejarme en cierta parte de la vida que lleva una persona de mi edad en cuanto a viajes, planes y la forma de vivir. Pero es la vida que me gusta y que he elegido", dice María que no duda en agradecer a su madre, Susana Herrero, todo el apoyo que la ha ofrecido. "Son más de 20 caballos propios y toda la infraestructura que los rodea: tres camiones, material y las últimas máquinas del mercado para su bienestar. En nuestra cuadra es primordial el cuidado y bienestar de los caballos, y es una gran inversión realizada", apunta.

La visión a medio-largo plazo del proyecto es "seguir trabajando mucho tanto con los caballos como con los alumnos, que para nosotros es lo más importante. Sólo nos posicionamos a vender cuando creemos que el jinete va a conectar con el caballo. Al igual que a la hora de comprar un caballo de fuera para un alumno, siempre buscamos que encajen como binomio", afirma.