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El tatuaje más profundo de Ana Carrasco

La campeona del mundo de Supersport 300 en 2018 ha vuelto a subirse a la moto más de cinco meses después de romperse tres vértebras

Ana Carrasco ha recibido el premio Nacional del Deporte a la revelación de 2018
Ana Carrasco ha recibido el premio Nacional del Deporte a la revelación de 2018Twitter

Ana Carrasco guarda en su piel, en forma de tatuaje, los objetivos que ha ido alcanzando sobre la pista. «Tengo uno de la primera vez que puntué en Moto3, otro de la primera victoria en el Mundial y uno del primer título»,explica. En 2018 se convirtió en la única piloto que ha ganado un Mundial de motociclismo. Fue en la categoría de Supersport 300, la misma en la que estaba compitiendo cuando se lesionó de gravedad en la espalda. «La caída fue bastante tonta, más mala suerte que otra cosa. Me salí a la grava y me caí ya ahí. Fue una caída que normalmente habría sido levantar la moto y seguir, pero caí mal y tuve mala suerte».

Fue en unos entrenamientos en Estoril, cuando quedaba poco para terminar la temporada pasada. Ahí empezaron más de cinco meses de recuperación hasta que a finales de febrero pudo otra vez subirse a la moto. Se dañó tres vértebras y necesitó dos intervenciones quirúrgicas, la primera de ellas de cuatro horas, para poner y quitar las placas y los tornillos de titanio que repararon el destrozo.

Todavía impresionan las fotos que colgó en su Twitter enseñando la herida y los puntos de sutura frescos que recorrían su espalda. Su tatuaje más profundo. «Las redes sociales sirven para enseñar el día a día, la gente que nos sigue quiere ver cómo vivimos, lo que hacemos, y siempre se suele enseñar el lado bueno de las carreras, el podio y eso, que es lo que se ve en la tele, pero detrás de cualquier buen resultado hay muchas cosas difíciles que hay que pasar y siempre lo he mostrado. En ese momento la cicatriz era mi día a día, era lo que estaba viviendo y yo muestro lo bueno y lo malo», cuenta Ana, a la que, como a Marc Márquez, le ha tocado un periodo largo de baja tras hacerse daño.

Ambos tienen buena relación y han estado en contacto. «Hemos ido hablando, primero cuando se lesionó él y después con mi caída. Comentamos algunas cosas, pero al final cada uno lo tiene que pasar a su manera». A ella, más que el dolor físico, le fastidió quedarse fuera tan cerca del final y teniendo opciones. «Lo más difícil fue aceptar que no podría acabar el campeonato y que tendría que esperar al curso siguiente para volver». Después de casi cinco meses y medio de recuperación ya ha vuelto a pilotar, aunque su temporada no empieza hasta mayo, con lo que tendrá más tiempo que en un año normal para recuperar el tono físico que le falta. La pasada semana recibió de manos de los Reyes el premio Nacional del Deporte como revelación de 2018.

Fue el año de su título mundial, cuando adoptó la frase «Ride like a girl», pilota como una mujer. «Siempre se había utilizado este lema de manera despectiva y pensamos que era buen momento para demostrar al mundo que da igual ser mujer u hombre para pilotar una moto, que esto no tiene nada que ver con lo que seas. Me considero uno más en la parrilla, trabajo igual que todos e intento conseguir lo mismo que el resto. Soy un piloto más», considera.

Aunque ella no piensa en ello cuando está en pista, sus triunfos abren camino a las niñas que vienen por detrás. «Al conseguir cosas les abro un poco la puerta. Es verdad que no somos muchas, aunque la base está creciendo y ahora hay más chicas que se inician en este deporte».