Tras el adiós de Luis Rubiales, la Federación Española de Fútbol activó los protocolos internos y seguirán los estatutos de la RFEF por lo que se inicia el proceso por el cual la Asamblea federativa elegirá un nuevo mandatario. "La Real Federación Española de Fútbol confirma que Luis M. Rubiales Béjar ha presentado esta noche su dimisión. Así se lo ha hecho saber al ente federativo a través una carta a Pedro Rocha Junco. Además, también renuncia a su cargo como vicepresidente de UEFA", aseguró el organismo.

Por su parte, Rubiales explicó el principal motivo de su renuncia. "Tomo esta decisión tras haberme asegurado de que mi marcha contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030, que permitirá traer a nuestro país el mayor evento del mundo. Ahora hay algo que me ocupa con firmeza. Tengo fe en la verdad y voy a hacer todo cuanto esté en mi mano para que prevalezca", afirmó.

Nuevas elecciones

"Con la dimisión de Luis Rubiales, se inicia el procedimiento descrito en el artículo 31.8 de los estatutos federativos vigentes", aseguraron. Dicho artículo dice lo siguiente: "Si el Presidente cesara por causa distinta a la conclusión de su mandato, la Junta Directiva se constituirá en Comisión Gestora y convocará elecciones para proveer al cargo; el que resulte elegido ocupará el cargo por tiempo igual al que restase por cumplir al sustituido, siendo además de aplicación, en lo que a éste respecta, la norma que prevé el artículo 23.2, del presente ordenamiento".

Ahora la responsabilidad está en la mano de un Pedro Rocha que tiene que perfilar su Junta Gestora para que inicie un proceso electoral exprés. Finalmente, serán los asambleístas que votaron a Rubiales los que proclamen al nuevo presidente hasta 2024. "La Ley obliga a que en año olímpico, como es el próximo, se convoquen sí o sí comicios", aseguran los estatutos. La persona que salga elegida solo mandará hasta 2024.

La duda está puesta en Rocha. El actual presidente en funciones fue la mano derecha de un Luis Rubiales que hizo lo imposible para que él fuese su sustituto. Eso sí, tras la llegada de Pedro al cargo lo cierto es que llevó a cabo un ejercicio de transparencia y declinó algunas decisiones tomadas por el ya ex presidente.