Caso Rubiales

Rubiales no dimite y justifica su beso a Jenni Hermoso

El presidente de la Federación Española dice que seguirá en el cargo y que sufre una cacería. «¿Un pico consentido es para sacarme de aquí?», se defiende

«No voy a dimitir». Cuatro veces lo ha repetido el presidente de la Federación Española ante los aplausos de la asamblea general para reafirmar su decisión de seguir al frente del fútbol español. Lo dijo después de justificar su beso a Jenni Hermoso. «Un pico», dice él. Un beso consentido que no merece, según él, la cacería que está sufriendo. Habla de «asesinato social» y señala a la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz y a la ministra de Igualdad, Irene Montero, entre otras. «La señora Yolanda Díaz, la señora Montero, la señora Belarra, el señor Echenique han hablado de vejar, de violencia sexual, sin consentimiento, de agresión. Por Dios, ¿qué pensarán las mujeres que de verdad han sido agredidas sexualmente? Ante estas personas que han dicho esto, que me han acusado, que están tratando de asesinarme públicamente me voy a defender como cualquier español donde se tiene que defender, en los juzgados», anuncia.

«Fue un beso espontáneo, mutuo, eufórico y consentido, que esta es la clave de todas las críticas y de todo el proceso que se ha montado. En el momento en que apareció Jenni ella me levantó del suelo que casi nos caemos y al dejarme en el suelo nos abrazamos y yo le dije "olvídate de lo del penalti, has estado fantástica y sin ti no hubiéramos ganado este Mundial". Ella me dijo "eres un crack", Yo le dije "¿un piquito?" y me dijo "vale". Y se fue riendo"», explica el presidente. La que toma la iniciativa es la futbolista, según las palabras del presidente.

«Quien vea el vídeo entenderá que ante 80,000 personas, ante millones de personas de manera televisada, ante toda la gente que había allí, entre ellas mis hijas, el deseo que podía tener en ese momento es el mismo que podría tener dando un beso a una de mis hijas. No hay deseo y no hay posición de dominio y eso toda la gente lo comprende. Aunque se esté vendiendo otra cosa, tanto los que están rindiendo pleitesía al señor Tebas como al falso feminismo», asegura.

Rubiales se defiende atacando. Incluso a la propia Jenni Hermoso. «Empieza a haber presiones, de la anécdota se pasa al silencio de la jugadora y a un comunicado que no acabo de entender», dice. El comunicado en el que la jugadora pedía «medidas ejemplares» hacia el presidente. «No se trata de hacer justicia, se está haciendo un asunto social», se justifica. «Desde hace cinco años van a por mí con todo, por tierra mar y aire, decenas de querellas, peticiones de inhabilitación en el Csd. Y siempre es el mismo, él y sus títeres», dice en referencia a Javier Tebas, el presidente de la Liga.

El presidente pide perdón por el beso, pero a su manera. «El beso es libre, es mutuo es consentido, pero no estoy fuera del mundo y sé que me he confundido ¿Creen que es para esta cacería? ¿Para que pidan mi dimisión? ¿Es tan grave para que yo me vaya habiendo hecho la mejor gestión de la historia del fútbol español? ¿Un pico consentido es para sacarme de aquí?», se pregunta.

Pide perdón el máximo mandatario del fútbol español por el gesto de agarrarse los genitales en el palco en presencia de la Reina, doña Letizia, y de la infanta Sofía, pero para eso también encuentra una justificación. «Quiero pedir perdón sin paliativos por un hecho que ocurrió en el palco cuando en un momento de euforia me agarré esa parte del cuerpo que ya habéis visto mirando a Jorge Vilda. Hemos pasado mucho, Jorge, mucho. A otro nivel mucho más pequeño te han querido hacer a ti lo mismo que me están haciendo a mí, convertir un discurso falso en verdadero. Hemos pasado mucho», argumenta. «Me emocioné mucho en el momento en que tu primera reacción después de ganar el Mundial fue girarte al palco y dedicármelo y en ese momento te hice esa seña de "ole tus huevos". Tengo que pedir disculpas a su Majestad la Reina, a la infanta, a la Casa Real y a todo el que se haya sentido ofendido. He estado en infinidad de actos y nunca me había comportado así nunca. No me justifico, perdón», dice.

Vilda fue uno de sus apoyos más cercanos en la asamblea. Uno de los primeros en aplaudir y en animar a los demás a que hicieran lo mismo. Y ese apoyo tiene premio. El presidente de la Federación anunció la oferta de renovación para el seleccionador femenino, que acaba contrato en 2024. Cuatro años de contrato y 500.000 euros de sueldo anual. Ahora, según Rubiales cobra «160.000 o 170.000 euros». «Eso sí, dejarás de ser director deportivo», le dice. Un cargo que ofrece a Montse Tomé, la actual segunda entrenadora de la selección.

Defiende también Rubiales el discurso machista de Jorge Vilda al hablar de «campeones del mundo». «Las falsas feministas, que no nos felicitaron por ser campeones del mundo porque también había hombres allí. Ellas son más campeonas, pero ¿no eres campeón tú? El plural masculino incluye tanto a hombres como mujeres. Todo el fútbol español sois campeones del mundo, del Mundial femenino», asegura.

Y recurre también a sus hijas para justificarse. «La igualdad no es diferenciar entre lo que dice el hombre y la mujer, hay que diferenciar entre la verdad y la mentira y yo estoy diciendo la verdad. Hijas, aprended, vosotras sí sois feministas de verdad y no el falso feminismo. No busca la verdad, están preparando una ejecución para ponerse una medalla y decir que están avanzando. No les importan las personas», se defiende.