Sin aliento

Amigo Gaspy, desde aquí mi pequeño homenaje y reconocimiento a lo que nos has dejado: un estilo y un legado en la prensa deportiva. Retransmitir el fútbol... con sentimiento. Contar en pocas letras a quien nunca escuchó tus mágicas lecciones de radio, es tarea imposible. Pero lo intentaré. Fuiste capaz, con tu voz y un micro por delante, de transferir imágenes de los terrenos de juego de todo el mundo y darles vida en todos los hogares españoles. Tus palabras llevaban luz. Y las emociones surgían. El fútbol se hacía más sencillo escuchándote. Didáctico. Y trepidante. Llegabas a todos y también contribuiste a hacer de nuestro querido fútbol algo todavía más grande.

Desde tu cabina, y en plena vorágine del partido, me preguntabas en clave táctica: «Jorge, ¿qué ves?». Yo te hacía correcciones, cambios o precisiones técnicas que tú trasladabas. Un secreto con un cómplice: Julio Menayo, tu jefe de sonido.

Qué fuerte amanecer nos has dejado de repente. Quienes disfrutamos de tu amistad y tu saber estamos descolocados por tu escapada hacia otro sitio, acostumbrados siempre a tus reacciones imprevistas. Tu obsesión en tus retransmisiones de innovar y sorprender... te vas como no podía ser de otra manera, como dirías ante el micro: presión asfixiante, pero a tus amigos y a tus fans nos dejas sin aliento. Amigo, gigante, hasta pronto. Ve feliz, tu legado es inmenso. Crack.