Tenis
Santana, pionero como Seve, Ángel Nieto...: “Había que ir a Sol a decir dónde ibas y para qué”
Triunfaron en una época en la que ser deportista en España no era fácil. Era el último de los grandes pioneros que seguía vivo
«Por lo que me contaron mis padres y abuelos, en esa época existían el Real Madrid, Manolo Santana, Ángel Nieto y poco más», decía Feliciano López para honrar a Santana en uno de sus múltiples homenajes. La lista se puede ampliar un poco, pero no demasiado: Seve Ballesteros en golf, Joaquín Blume en gimnasia, Paco Fernández Ochoa en esquí y para de contar. Ahora casi normalizamos que pueda haber un deportista español en lo más alto de un podio, siendo campeón del mundo, conquistando un Grand Slam de tenis o ganando una medalla de oro olímpica, pero no siempre fue así. «Hubo una época en la que era complicado ser deportista en España», explicaba el propio Santana en este periódico el día que falleció Ángel Nieto, dolido por la pérdida de un amigo, pero con reflejos para encontrar las palabras. «Estábamos cuatro: yo en tenis, Pedro Carrasco en boxeo, Seve Ballesteros en golf y, claro, Ángel Nieto en motociclismo», continuaba el tenista. «Fuimos nombrados los cuatro caballeros de la orden. Eran unos años en los que para poder salir a competir tenías que ir a la Puerta del Sol para conseguir el visado. Allí tenías que explicar dónde ibas y lo que ibas a hacer», seguía con su descripción Santana.
Parkinson, cáncer, accidente, infarto...
El tiempo pasa y la vida muchas veces es injusta y de todos esos pioneros ya no queda ninguno. El último era Manolo Santana, que ha fallecido con 83 años tras estar mucho tiempo peleando con el Parkinson. A Pedro Carrasco se lo llevó un ataque al corazón a los 57; a Seve, un tumor cerebral cuando sólo tenía 54 y Ángel Nieto había llegado a los 70 cuando sufrió un accidente absurdo y fatal con un quad en 2017.
Feliciano, que tomó el relevo de Santana como director del Mutua Madrid Open, lamentaba ayer la pérdida de un hombre que siempre creyó en él y que le ayudó a ser el tenista que ha llegado a ser y que sigue siendo con 40 años. Rafa Nadal fue número uno del mundo gracias a su trabajo y ha conseguido 20 Grand Slams para estar en la lista de los mejores de la historia. También Carlos Moyá o Vivi Ruano, en dobles, llegaron a la cima, como Santana antes. Pero Rafa no pierde la perspectiva y también agradece a Santana que abriera camino, que demostrara que era posible hacer deporte y ser el mejor en un país que todavía estaba viviendo una dictadura. El balear ahora viaja en primera clase y tiene todo tipo de lujos allí donde va porque la vida en estos momentos es diferente, pero Santana cuando ganó su primer Wimbledon tenía que ir en metro al club con su raquetero a cuestas.
Seve comenzó haciendo de «caddie» para los señores que jugaban al golf en Pedreña y es considerado uno de los mayores genios que ha dado su deporte, considerado toda una leyenda fuera de España incluso antes que aquí. Cuando ganó su último «Major», en 1988, a Jon Rahm todavía le quedaban seis años para nacer, pero el de Barrika siempre asegura que su gran inspiración ha sido el cántabro, adicto como era a ver los vídeos de sus hazañas en Internet. Ahora, Jon es el número uno del mundo y no hay conquista que logre en la que no nombre a Ballesteros. A ellos lo que les une es la imaginación para inventar golpes que para nadie más existen.
Paco Fernández Ochoa ganó el oro en esquí en Sapporo 1972 y quien siguió sus pasos fue su hermana blanca, bronce en Albertville 1992 en un deporte que hoy en día sigue siendo terreno por conquistar para los españoles.
El mejor, aunque justo en estos momentos está volviendo a hacer memoria después de la grave lesión que sufrió en un hombro, en motociclismo es Marc Márquez, que también quiso dar las gracias a Ángel Nieto por abrir camino cuando éste falleció. Hasta el italiano Valentino Rossi dijo que por mucho que ganara, nunca podría ser tan mito como el zamorano, que se trasladó a Madrid y empezó a trabajar en un taller de Vallecas que barría y limpiaba, lo cual no parecía mucho, pero ahí empezó todo y probando las motos de los clientes demostró que dentro llevaba un campeón. Su figura fue más allá de España y después sí, la lista es infinita con los Crivillé, Jorge Lorenzo...
«Lo nuestro era una aventura», continuaba Santana en su columna de adiós a Ángel Nieto. Lo mismo era también para la tenista Lili Álvarez o la nadadora María Paz Corominas, finalista en los Juegos Olímpicos de México 1968. De vez en cuando surge alguien que va contra las leyes de la lógica y que comienza siendo considerando un loco para terminar convertido en leyenda. Sigue sucediendo en la actualidad con deportistas como Alonso en Fórmula Uno, Carolina Marín en bádminton o Javier Fernández en patinaje sobre hielo, que han llegado a ser los mejores. Sin referentes patrios decidieron que los sueños se pueden hacer realidad para que quien venga detrás tenga el camino más sencillo. Carrasco, Blume, Seve, Nieto y Santana ya no están, pero su legado es eterno y siempre permanecerá.
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