Tenis

Cristina Bucsa: siete camisetas, siete faldas y tres o cuatro raquetas

La número 100 del mundo es la primera española en la segunda ronda del Open de Australia. De origen moldavo, vive en Torrelavega y es la quinta jugadora en el ranking de nuestro país

Cristina Bucsa golpea de derecha en su partido ante la alemana Eva Lys
Cristina Bucsa golpea de derecha en su partido ante la alemana Eva LysDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Cristina Bucsa (1-1-1998, Chisinau –Moldavia–) es la quinta tenista española en el ranking mundial, la número 100 de la WTA y la primera raqueta de nuestro país que alcanzó la segunda ronda en Australia. La cántabra remonto ante la alemana Eva Lys (2-6, 6-0 y 6-2) y ahora se medirá con la canadiense Bianca Andreescu, campeona del Abierto de Estados Unidos en 2019.

Cristina superó la ronda previa en Melbourne y ahora ha llegado por segunda vez al segundo capítulo de un Grand Slam. Pocas jugadoras en el circuito pueden presumir de una historia como la suya. Nacida en Moldavia se trasladó con su padres a Cantabria en 2001. Su padre había estado antes de vacaciones por la zona recomendado por un amigo y decidieron que lo mejor para la familia era abandonar su país de origen e instalarse en el norte de España. Vivieron en Las Fraguas, un pequeño pueblo cántabro, y luego se trasladaron a Torrelavega donde ella comenzó a jugar al tenis con cinco años. Antes de centrarse en la raqueta hizo un poco de todo: atletismo, natación, kárate... hasta que descubrió que lo suyo era el tenis y qué mejor que ser entrenada por su padre.

Su victoria ante Eva Lys en su sexto partido en un Grand Slam ha permitido al público australiano conocer a una jugadora diferente. «Me gusta ser libre. No necesito mucha ropa, con siete camisetas y siete pantalones o faldas me sobra. De lo contrario es un gran gasto», apuntó en conferencia de prensa en Melbourne.

Bucsa consiguió el billete para la segunda ronda a orillas del Yarra por primera vez en su carrera y admitió su pasión por la lectura, la filosofía, la psicología y la ciencia en general. «Empecé a estudiar Psicología en la UNED, pero lo dejé porque me coincidían los exámenes con los Grand Slam y no me gusta hacer las cosas al 50 por ciento», aseguró.

También aprovechó para desmarcarse del uso masivo de redes sociales que se da en el circuito y afirmó que tan sólo utiliza Facebook para poder organizar las sesiones de calentamiento con sus compañeras del circuito. «Estoy centrada en mí, no tengo que enseñar mi vida a otras personas. Mi vida es algo personal. No tengo ni Instagram ni Twitter y Facebook sólo lo utilizó para contactar con las jugadoras y jugar dobles. Mi prioridad no son las redes sociales. Soy una persona introvertida», afirmó antes de revelar que tan sólo viaja a los torneos con su padre.

Carece de patrocinadores y a diferencia de otras jugadoras con peor ranking que ella, Cristina se encarga de comprarse la ropa con la que compite y las raquetas con las que juega. «Me compro tres o cuatro raquetas, las que veo que me vienen mejor, y con eso tiro porque me duran mucho y no las lanzo nunca al suelo», comentó. «Mi padre es el que se encarga de mis cordajes pero no cambio mucho. No sé qué tensión utilizo», reveló la primera española en segunda ronda.

La jornada inaugural también deparó las derrotas de Pedro Martínez y Bernabé Zapata. El polaco Hurkacz esquivó el susto en la primera manga ante un combativo Martínez (7-6, 6-2 y 6-2) y Zapata sufrió al ruso Khachanov (7-6, 6-2 y 6-0 ). El drama en el estreno llegó con la renuncia de Nick Kyrgios. El australiano, número 21 del mundo, se confesó «devastado» por una lesión en la rodilla.