¿Lesión?

Alcaraz y las opciones de jugar en Acapulco: "Difícil: cambio de superficie, sin entrenar..."

El murciano, que acabó la final de Río con problemas en la pierna derecha, espera a una resonancia para saber si puede jugar en Acapulco, su primer contacto con la pista dura

Alcaraz ya ha tenido problemas esta temporada en Río y en Miami
Alcaraz, atendido en el muslo derecho en la final de Río ante NorrieAP Photo/Bruna Prado

Durante algunos tramos del tercer set de la final del ATP 500 de Río de Janeiro, Carlos Alcaraz charlaba con su banquillo, contrariado. De ahí, pasó a la aceptación y siguió jugando contra Cameron Norrie sin un mal gesto, para perder por 5-7, 6-4 y 7-5. «A pesar de la lesión y el dolor, después de todo el partido puedo decir que estoy contento con mi desempeño», dijo el murciano, sin hacer demasiado caso a lo que se pudo ver: a un tenista que no podía correr, que no saltaba cuando sacaba, que dependía de meter el primer servicio y después conectar un ganador a las bravas o una dejada. Si pasaban tres o cuatro bolas por encima de la red, era punto perdido casi seguro. Sólo una vez se lanzó a la carrera para hacer uno de los puntos del partido e iba como frenado.

Estaba muy limitado. No parecía tener mucho sentido que siguiera. «Lo valoramos [retirarse], pero él quería seguir», explica Antonio Martínez Cascales, que le ha acompañando durante esta gira por América hasta que se incorpore Juan Carlos Ferrero. «Hay jugadores a los que les cuesta mucho retirarse en el transcurso de un partido», añade el entrenador.

"Espero que sea una contractura"

ANTONIO MARTÍNEZ CASCALES

La preocupación extra era la zona del dolor: tenía tocado el isquiotibial de la pierna derecha, justo el músculo que se lesionó a comienzos de 2023 y que le hizo retrasar el arranque del curso y perderse el Open de Australia. Se vendó el muslo y al final del set se quitó los apósitos y siguió. Era como para asustarse y replantearse el futuro más inmediato. El partido no hubo manera de que lo dejara y peleó hasta el final. En su calendario figuraba el torneo de Acapulco antes de los dos primeros Masters 1.000, Indian Wells (8-19 de marzo) y Miami (22 de marzo-2 de abril). Alcaraz, al menos viajó a México. «Mañana [por hoy] le hacen una resonancia en Acapulco y se verá. Yo espero que sea una simple contractura pero... Es difícil que juegue, por el cambio de superficie, ningún entrenamiento previo», desvela Martínez Cascales. Será su primer contacto del curso con la pista dura (ha estado jugando en tierra batida) y al ser un ATP 500 y dadas las circunstancias, se tiene que pensar si jugar es un riesgo asumible, porque a partir de ahora llegan meses intensos hasta Roland Garros.

Los problemas físicos de Carlos son normales teniendo en cuenta que su reaparición fue el 15 de febrero y la final de Río fue el 26. En esos doce días ha disputado nueve partidos, que le han servido para llegar hasta el último día en Buenos Aires y Río, ganando el título en Argentina. Todo ello con temperaturas muy altas. «Realmente ha sido una gira muy exigente por las condiciones climatológicas. Desde luego quedamos satisfechos prácticamente al cien por cien», reconoce Cascales, una de las piezas clave en la carrera de Alcaraz, que explica las palabras del número dos del mundo cuando dijo que no hizo «lo correcto» los meses antes de la lesión: «Después del Open USA [en septiembre ganó su primer Grand Slam y se convirtió en el número uno más joven de la historia] tuvo infinidad de compromisos institucionales y se podía haber ahorrado alguno, aunque los de los patrocinadores le tocan por contrato. También sociales, y de estos se podía haber ahorrado muchos. Pero él quiere quedar bien con todo el mundo y eso no puede ser porque te quita tiempo de tranquilidad, relax y entrenamiento... A eso se refería». Y es que sólo tiene 19 años.