La reaparición sin papeles de Djokovic

Había una expectación notable por la conferencia de prensa que Novak Djokovic había convocado en Belgrado después de la sesión de entrenamiento matinal de ayer. ¿La razón? La promesa que realizó antes, durante y después de ganar el Abierto de Australia sobre los informes médicos que iban a evidenciar que ganó el torneo lesionado. Nole aseguró que iba a presentar pruebas para poner en evidencia a los que dudaban de sus problemas físicos y para cambiar el relato de que él es el malo de la película cuando otros son sólo víctimas, en clara referencia a Nadal. Pues el serbio compareció en la misma pista en la que había trabajado y no ofreció una sola prueba de lo prometido. Eso sí, aseguró que estaba cerca de su mejor nivel y que la próxima semana regresará al circuito en el ATP 500 de Dubái.

El serbio habló de Carlitos Alcaraz –«mereció ser el número uno el año pasado, trae mucho aire fresco al tenis profesional y está muy bien rodeado»–, del récord que ha igualado de Steffi Graf con 377 semanas como número uno del mundo –«este deporte lo es todo para mí, se lo he supeditado todo»–, de Nadal –«ha sido y es mi mayor rival»–, pero no hubo ni rastro de los supuestos informes médicos.

El calendario del balcánico después de Dubái y hasta Roland Garros es una incógnita. Está inscrito en el Masters 1.000 de Indian Wells (6-19 marzo) y también en el de Miami (19 marzo-2 abril), pero está pendiente de que el gobierno estadounidense le conceda un permiso especial para poder competir y hasta mayo no se levanta el veto a los no vacunados en USA.

Donde sí parece que jugará será en el arranque de la gira europea sobre tierra batida en Montecarlo (del 9 al 16 de abril) y en el torneo de Banja Luka (del 17 al 23 de abril), la capital de la República Serbia de Bosnia-Herzegovina, en lo que supone un claro guiño nacionalista serbio. Djokovic no tiene claro si competirá en Madrid o en Roma. Lo hará como mucho en uno de los dos Masters 1.000 antes de París. Todo con un objetivo único: alcanzar su 60 partido en Roland Garros lo que supondría estar en la final en busca del vigésimotercer Grand Slam.