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De la nada al infinito

Rafa Nadal regresó con su mejor versión y ya tiene la vista puesta en Montecarlo. No ganaba un torneo en pista dura desde 2010

De la nada al infinito
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Cuando Nadal apretó los puños, se arrodilló al lado de la red y corrió a abrazar a todo su equipo después de derrotar a Del Potro en la final de Indian Wells, el público presente en la pista central del Tennis Garden de California, España y el mundo supieron que esa victoria no era una más. O mejor dicho, que no era una victoria cualquiera. Rafa se desquitó y lo hizo con su mejor versión, como si por él no hubieran pasado los meses ni las amargas noches de sufrimiento en las que pensaba que nunca más podría alcanzar su mejor nivel. «Ésta es una de las victorias más emotivas de mi carrera», sentenció el tenista después de ganar, consciente de que él mismo se había exigido el máximo y no se había decepcionado. Ahora ha recuperado el cuarto puesto de la ATP, ha derrotado a cuatro «top 10» en un mismo torneo, ha entrado en la historia con sus 600 victorias y ha conseguido hacer de su maltrecha rodilla izquierda la mejor de las aliadas.

Nadie ha definido mejor que su tío y entrenador, Toni Nadal, lo que significa la apoteósica vuelta del tenista: «Rafa tiene una capacidad de concentración y de aguantar el sufrimiento muy altas. Ha conseguido una victoria importante y el mérito es totalmente suyo», dijo a RTVE. Han tenido que pasar siete largos meses para volver a ver competir al mejor tenista español de la historia, pero como todo deseo, se ha materializado después de mucho hacerse de rogar. Reapareció hace un mes y medio en Viña del Mar, donde alcanzó la final; pero tuvo que esperar a Sao Paulo para volver a tocar la gloria. Allí, en la tierra del comercio y el color, Nadal se coronó frente a David Nalbandian. Después llegó Acapulco, donde David Ferrer comprobó que su compatriota seguía vivo. Y más que nunca. En la madrugada del domingo, 889 días después de que ganase en Pekín su último torneo en pista rápida, Rafa lo consiguió. La fuerza, la técnica y, sobre todo, el amor propio habían vuelto a escena.

Hoy, la felicidad y el desquite forman parte del equipaje con el que Rafa regresa a España para descansar. Porque después de un duro, pero reconfortante mes y medio, lo que toca ahora es concentrarse y recobrar fuerzas para lo que viene. La tierra batida y Montecarlo son la próxima parada. Después llegarán Barcelona, Madrid, Roma y Roland Garros, donde Nadal sueña con reconquistar el infinito.

Agresividad para cuidar la rodilla

Rafa Nadal mira a su rodilla antes que a nada. Es lo primero. Debe cuidarla para alargar su carrera y una de las medidas será seleccionar los torneos a los que va. De momento, faltará a Miami. En Indian Wells, además, logró lo que lleva mucho tiempo buscando: ser agresivo para acortar los puntos y castigar menos su articulación. «Debe jugar como lo ha hecho aquí», afirmó Toni Nadal. Mandó en los puntos todo el torneo, salvo en el comienzo contra Del Potro y algunos minutos ante Gulbis.