Tenis
Djokovic remonta a De Miñaur con Federer como espectador y ya está en los cuartos de final de Wimbledon
El serbio, que empezó sin chispa, se impuso por 1-6, 6-4, 6-4 y 6-4. Su próximo rival, el italiano Cobolli
Un partido con mucho que ver en la pista y en la grada. En la pista, Djokovic sobrevive a todo (1-6, 6-4, 6-4 y 6-4): al viento y a un buen De Miñaur que por momentos pareció perdonar a su rival. Sentado, un espectador de lujo: Roger Federer, el rey del All England Club que ve amenazada su plusmarca de ocho victorias en Wimbledon precisamente por Djokovic, el rey de reyes, el señor de los récords. Está a uno de igualarle. Carlos Alcaraz se lo ha impedido en las dos últimas finales. Esta vez podrían volverse a ver en ese partido definitivo, pero queda mucho para eso...
En la grada también, pero en el palco del tenista serbio, están sus hijos, Stefan y Tara. Él vibra mucho, con una gorra llena de las firmas de algunos de los compañeros/rivales de su padre. No falta la de Alcaraz, su ídolo.
Se lamentaba Stefan con los errores de su padre, muchos al principio y cada vez menos según avanzaba el encuentro, en una jornada de esas en las que se puede aplicar aquello de “sabe más el diablo por viejo que por diablo”. El tenis es lo primero, por supuesto, pero la experiencia y el saber mantener la calma de Novak en los momentos críticos también contó para que llegara a los cuartos de final en la hierba londinense. Fue una de esas victorias “made in Djokovic”, con todos los ingredientes, de juego y de lo demás. Empezó con poca chispa el ganador de 24 Grand Slams. Se quejaba, exageraba los gestos cuando fallaba, como si la pelota le botara mal siempre... El primer set fue un suspiro para De Miñaur. El australiano es un tenista con unas piernas envidiables. Las mueve como si fuera el diablo de Tasmania y llega a todo, juega a un ritmo infernal, aunque quizá le falte algún tiro contundente para hacer daños a los mejores.
Tras el paseo del primer set para él, sufrió el break de Novak en el comienzo del segundo, pero se resistió y puso el 1-1 en el marcador en un juego de 15 minutos. Siempre fue a remolque en ese parcial, pero porque las oportunidades se le escapaban. Las tres pelotas de rotura que tuvo en contra, las perdió. De las diez que tuvo a favor, sólo pudo concretar dos.
Plantó batalla en todo momento, con ratos de tenis extraordinarios, pero en los momentos clave se hundió ante el serbio que cuando está en la cancha no está solo: le acompaña su leyenda, ser el mejor de todos los tiempos. Ni siquiera el 4-1 de ventaja, con pelota para 5-1, en el cuarto set le sirvió a De Miñaur para forzar el último parcial. Novak, que ya se había entonado, volvió entonces a esos movimientos exagerados y esas quejas, que fueron desapareciendo según iba remontando. De hecho, ganó el partido y apenas lo celebró. Puro Djokovic. Ya podía sonreír, y en su discurso, siempre simpático, le hizo un guiño a Federer diciendo que le gustaría tener su saque y volea.
Su rival en cuartos será el italiano Cobolli, otro de los tenistas que está en la gorra de Stefan.