El descanso del guerrero

Madrid- Desde el pasado 17 de abril, Rafa Nadal ha disputado 27 partidos. Todos los posibles en la gira europea de tierra, porque ha alcanzado todas las finales. La media es de un duelo cada 2 días. Por eso y por la lesión que sufrió en la rodilla hace un año, Nadal ha decidido renunciar a Halle. El campeón español está seleccionando más los torneos en los que juega. Mira más a su cuerpo que a los rankings o a los títulos. Ya se perdió el Masters 1.000 de Miami y poco le importa llegar a Wimbledon prácticamente sin preparación en hierba, aunque admita que no es «lo ideal». Su cuerpo manda.

–«¿Qué tal la rodilla?», preguntó el Príncipe Felipe a Nadal en los vestuarios de la pista Philippe Chatrier, después de conquistar su octavo Roland Garros.

–«Vamos aguantando, a ver esta semana, vamos a revisarla. Estoy mucho mejor. He tenido algunas semanas malas, en Barcelona en el Godó. Me dolió bastante, pero a partir de ahí hemos ido aguantando mejor de lo que me esperaba», contestó el tenista manacorense.

Rafa, que ha aprendido a convivir con el dolor, se marchó a Mallorca para descansar, satisfecho por el octavo título y por las sensaciones. «He podido competir al ciento por ciento», es de lo que más se alegra. Antes de ir a la hierba londinense, visitará la clínica del doctor Mikel Sánchez, en Vitoria, para chequear su rodilla, que después de las malas sensaciones de Barcelona, incluso de Madrid en las primeras jornadas, ha superado varios tests duros. Rafa ha podido disputar un torneo de dos semanas al mejor de cinco sets y ha resistido un duelo exigente de casi cinco horas como el que vivió con Djokovic en semifinales sin sufrir demasiado. «Está compitiendo bien, sin problemas», dijeron desde el entorno del tenista antes de la final. La hierba tampoco es una superficie demasiado agresiva para las articulaciones. La gran prueba puede llegar después, con los torneos de pista dura.

La rodilla izquierda de Nadal

Una entesopatía del tendón rotuliano con rotura fibrilar, que provocaba también una inflamación de la grasa de Hoffa (tejido blando que rodea la rodilla) fue la lesión que obligó a Nadal a parar durante 7 meses. Es un problema frecuente en deportistas, que provoca dolor, molestias e hinchazón en la parte frontal de la articulación. Ahora parece muy recuperado.