Maratón

The Barkley Marathon: la prueba más salvaje del planeta comienza mañana

160 kilómetros a recorrer en 60 horas con recorridos que incluyen trepar, reptar y gastar muy pocas horas de sueño

Fotograma de la carrera
Fotograma de la carreralarazon

160 kilómetros a recorrer en 60 horas con recorridos que incluyen trepar, reptar y gastar muy pocas horas de sueño

Mañana comienza The Barkley Marathon, una prueba de resistencia que más que eso, una prueba, es una salvajada: se trata de un recorrido de 160 kilómetros a completar en 60 horas a través de un terreno salvaje e inhóspito, lleno de rocas, ramas, ríos y trampas naturales de lo más inconfortables. Ese terreno es el parque estatal Frozen Head de Tennessee. Apenas existe tiempo para el sueño y el descanso en la prueba y la comida resta demasiado tiempo; es una exageración, el culmen de las pruebas de resistencia hecha una realidad.

Su creador es Gary Cantrell, un hombre que, en su día, hace muchísimos años, completó el recorrido y comenzó a popularizarlo a modo de carrera. Sin embargo, es complicado acceder a ella: el hermetismo de Gary Cantrell es característico, ya que no existe ni e-mail ni teléfono de contacto para inscribirse en la prueba. De hecho, para comenzar el desafío, hay que salir cuando el creador se encienda un cigarrillo.

Tampoco cuenta con beneficio económico excesivo para este. Para participar, solo existe un peaje: pagar 1,60 dólares (sale a céntimo por kilómetro de carrera) y entregar una matrícula del país de origen del corredor. A cambio, este recibe su dorsal, su brújula para ubicarse y un reloj Casio. Todo lo demás está prohibido; no existen los avituallamentos ni un seguro para la marcha ni un punto de control más que el inicio del tramo, delimitado por una valla amarilla que puede ser funesta: cuando un competidor la atraviesa, Gary Cantrell le pregunta si quiere continuar y, de no hacerlo, sonará una marcha fúnebre en su honor.

Tan sólo 15 personas han acabado la carrera en las 32 ediciones que se han organizado. Sin duda, una prueba dura y difícil, agotadora tanto física como mentalmente. Es llevar al ser humano a su límite más extremo. Es una carrera contra el dolor y contra la desesperanza; es, en el fondo, una carrera contra uno mismo.