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Valencia

Un corte de mangas en el silencio

Juan Barranco, entonces alcalde de Madrid, recuerda el gesto que le dedicó un jugador del Nápoles tras una dura entrada a Míchel.

Gordillo, rodeado de futbolistas del Nápoles, en la ida de la primera ronda de la Copa de Europa 87-88, que se jugó sin público en las gradas
Gordillo, rodeado de futbolistas del Nápoles, en la ida de la primera ronda de la Copa de Europa 87-88, que se jugó sin público en las gradaslarazon

Juan Barranco, entonces alcalde de Madrid, recuerda el gesto que le dedicó un jugador del Nápoles tras una dura entrada a Míchel.

«El Bernabéu vacío sobrecoge», dice Juan Barranco, alcalde de Madrid el 16 de septiembre de 1987. Aquel día el Real Madrid recibió al Nápoles en la ida de la primera ronda de la Copa de Europa, en un partido que se jugó sin público. Sólo la Prensa, las directivas de ambos equipos y las autoridades tenían acceso y por eso Barranco estuvo en el palco. Al menos al principio, porque con el paso de los minutos la tensión fue aumentando en el terreno de juego y decidió cambiar de sitio para vivirlo como un aficionado. «No está bien hacer aspavientos ni comentarios en el palco, hay que mantener la cortesía. Así que la compañera de Ramón Mendoza (Jeannine Girod) y yo nos fuimos y nos bajamos a una de las barandillas que había cerca del césped», cuenta el ex alcalde, que recuerda sobre todo el impresionante silencio de un enorme estadio con las gradas vacías. «Yo había ido muchas otras veces al Santiago Bernabéu, pero la cosa cambia muchísimo sin público. Es una sensación extrañísima la que se siente al jugar en estas condiciones», prosigue Barranco. «Además, se oye todo, el golpeo del balón, los gritos de los jugadores...», añade.

Seguramente porque se escuchaba todo, el alcalde de la capital entonces tuvo un pequeño «problema» con Salvatore Bagni, uno de los jugadores del Nápoles. Se trataba de un centrocampista de mucho trabajo, sacrificado, más físico que técnico y cuentan las crónicas y los que allí estaban que hizo una falta muy fuerte a Míchel. «Nada más empezar el partido le dio un leñazo a Míchel, fue a cazarlo claramente. Jeannine y yo nos enfadamos mucho y la verdad es que le dijimos alguna que otra cosa. Creo que algunos insultos españoles, que italianizamos poniendo una i al final. El tío en una de estas se volvió hacia nosotros y nos hizo un corte de mangas espectacular», explica.

Contaba el «Mundo Deportivo» del día siguiente que junto al alcalde estaban Javier Gómez Navarro (secretario de Estado para el Deporte), Joaquín Leguina (presidente de la Comunidad) y Miguel Muñoz (entonces seleccionador nacional). Además: 204 redactores de Prensa, 61 fotógrafos, 94 reporteros de radio y televisión... Unas 700 personas, que sí tenían permiso para presenciar un encuentro «que era un partidazo», advierte Juan Barranco. No era un partido de trámite como el que hoy disputa el Madrid, también a puerta cerrada, en Varsovia frente al Legia. Aquel Nápoles había ganado la Liga gracias a Maradona, al que Chendo hizo un gran marcaje. Ganó el Madrid 2-0 y empató a un tanto en la vuelta. Así que pasó a la segunda ronda, cuyo encuentro de ida jugó en Valencia frente al Oporto. Era la otra parte de una sanción que el conjunto blanco arrastraba del curso anterior, por el lanzamiento de una bengala ante el Bayern. En principio el castigo era de dos partidos sin público, y finalmente fue uno y otro a más de 250 kilómetros de su estadio. En Mestalla.