Iniciativas solidarias

Unionistas conquista África

La iniciativa de un socio ha permitido vestir a los niños de una aldea de Guinea con las camisetas del club

Los niños de Acurenam posan con la camiseta de Unionistas
Los niños de Acurenam posan con la camiseta de UnionistasInstagram

Hay una aldea en Guinea Ecuatorial en la que los niños visten con orgullo los colores de Unionistas. El club que nació como homenaje de sus aficionados a la difunta Unión Deportiva Salamanca ha permitido que Unionistas conquiste África.

«Acurenam es una pequeña aldea de Guinea y ahí es donde tiene el centro una de las misiones de la orden de Calasanz», explica Nacho Sánchez, el directivo encargado del área social del club. Chuchi, un socio del equipo salmantino, y su hermano misionero son los responsables de que ahora los niños vistan con colores negro y blanco del club que heredó el sentimiento popular de la Unión.

«Esta acción social para nosotros es motivo de orgullo doble, porque no fue una iniciativa nacida del área social del club, como son prácticamente todas las que llevamos a cabo, sino de un socio, que se puso en contacto con nosotros y nos expuso su idea. El año pasado, por su cuenta, compró un lote bastante grande de pulseras del club y las llevó para allá por medio de su hermano, que es misionero y todos los años va para allá. Repartieron las pulseras entre los chicos y chicas en todas las escuelas de primaria que tiene la orden. Fue una iniciativa que gustó mucho y para este año decidió darle una vuelta de tuerca y nos pidió llevar algo que tuviésemos de ropa que ya no utilizábamos de otras temporadas», cuenta Nacho. «Como teníamos un remanente bastante grande, se encargó de hacer todo el papeleo, toda la burocracia, incluso todo el viaje para allá y lo repartió en todos los pueblos del alrededor que tienen controlados con estas escuelas. Fueron varios cientos de kilos de ropa deportiva que nosotros ya no utilizábamos. Habíamos cambiado de patrocinador, de modelo... la teníamos parada en nuestra sede en el almacén y hemos podido dar una segunda vida a toda esa ropa. Y solo por ver lo felices que hemos podido hacer a esos chicos el trabajo ha merecido la pena», añade con orgullo.

Unionistas es un club acostumbrado a trabajar con la gente y para la gente y ésta no es la primera iniciativa de este estilo que pone en práctica. «Hicimos una recogida de ropa deportiva para el Sáhara Occidental. Nos pusimos en contacto con la Federación Saharaui de fútbol y lo que en principio iba a ser solo una recogida de botas al final acabó siendo botas, pantalones, equipaciones, chándal, etc. Fue muy emocionante porque tuvimos la oportunidad de llevar el escudo de Unionistas hacia allí y de vestir a los chicos y chicas de dos de los campamentos saharauis», recuerda Sánchez.

«Para nosotros es algo fundamental. El área social tiene mucha actividad, pero es que nosotros concebimos Unionistas siempre de cara a la comunidad. Queríamos ser un club social que nunca diese la espalda a la masa social, a la ciudad de Salamanca, y eso también conecta con la gente para que todas las personas participen, se sientan involucradas, se sientan parte de este proyecto. No solamente el mérito es nuestro sino de toda esa gente que se acerca al club, tiene una idea, quiere desarrollarla y nosotros somos el medio o la herramienta que utilizan para llevar a cabo esas iniciativas. Es una simbiosis. Si ellos crecen, si la sociedad salmantina crece, nosotros también», dice.

La unión entre el club y su afición se hizo visible en el verano de 2023, cuando el club tuvo que hacer frente al pago de 300.000 euros para cambiar el césped de su estadio, el Reina Sofía, que hasta entonces era de hierba artificial. Para continuar en Primera RFEF, la Federación exigía que los equipos jugaran en un campo de hierba natural y el Ayuntamiento, a pesar de que la instalación es municipal, no se hacía cargo.

«Era inviable. Nuestro presupuesto no llega a los dos millones de euros. Millón y medio largo y 300.000 euros era algo inabarcable para nosotros», asume el responsable del área social de la entidad. «Fue una campaña de crowdfunding muy curiosa porque muchos de nosotros lo que hicimos para ayudar al club fue adquirir nuestro carné de socio a diez años vista. Así nos salió bastante bien, estamos muy contentos por el apoyo que recibimos no solo de Salamanca sino del resto de España y mucho también de fuera de nuestras fronteras y pudimos conseguir ese objetivo porque ya nos veíamos con un pie en la desaparición», recuerda Sánchez. Un voluntario más, como todos los que trabajan en la dirección de este club que devuelve el fútbol a la gente.