Economía

El 11 % de los trabajadores españoles están en riesgo de pobreza, el tercer peor registro de la UE

A pesar de tener empleo, más de uno de cada diez trabajadores en España vive con ingresos tan bajos que los coloca en la categoría de riesgo de pobreza, según datos recientes de la Eurostat

El 43% de jóvenes ha trabajado sin contrato y uno de cada tres está en riesgo de pobreza, según CCOO
El 11 % de los trabajadores españoles están en riesgo de pobreza, el tercer peor registro de la UEEuropa Press

A simple vista, tener empleo debería bastar para mantenerse a salvo de la pobreza. Sin embargo, las cifras más recientes de la oficina europea de estadística reflejan una realidad distinta: en España, trabajar no siempre garantiza poder llegar a fin de mes.

Client Challenge

Según el informe Living Conditions in Europe 2025, difundido por Eurostat, España está entre los tres países con mayor proporción de trabajadores pobres de la Unión Europea.

En 2024, el 11,2 % de las personas empleadas en España, que trabajan por cuenta ajena o propia, se encontraba en situación de riesgo de pobreza. Este porcentaje convierte a España en el tercer país de la Unión Europea con el registro más elevado en esta categoría, solo superado por Luxemburgo (13,4 %) y Bulgaria (11,8 %). La media de la UE se situó en el 8,2 %, lo que deja a España bastante por encima del promedio comunitario.

Aunque respecto al año anterior español se registra una ligera mejora (de 11,3 % en 2023, un 0,1 % más que en 2024), el cambio es mínimo y insuficiente para revertir la tendencia a gran escala.

¿Qué significa “riesgo de pobreza laboral”?

La definición adoptada por Eurostat incluye a las personas empleadas que tienen una renta disponible inferior al 60 % de la mediana del país, tras contabilizar transferencias sociales. Es decir: aunque estén trabajando, sus ingresos no cubren lo que se considera esencial para evitar la pobreza en su país. Además, Eurostat advierte que el riesgo de pobreza no solo afecta a quienes tienen empleo de baja intensidad, sino también a personas con contrato estable o jornada completa.

Varias causas explican por qué un trabajador en España puede caer en el riesgo de pobreza:

  • Salarios bajos o estancados: Aunque el salario mínimo ha crecido, el salario medio real no ha logrado recuperar terreno frente a la inflación y la subida de costes de vida.
  • Alta parcialidad involuntaria y contratos temporales: Las personas con empleo a tiempo parcial o temporal presentan tasas de riesgo mucho mayores.
  • Elevado coste de la vivienda y servicios básicos: Parte importante de los ingresos se va en gastos fijos, lo que reduce la renta disponible.
  • Diferencias por nacionalidad y tipo de jornada: Por ejemplo, los trabajadores extranjeros pueden manifestar tasas mucho más elevadas de riesgo que los nacionales.

El Salario Mínimo Interprofesional ha tenido en España una importante subida del 61 % desde 2018. Sin embargo, este incremento no ha acompañado con el salario medio español, que ha tendido en los últimos siete años a ajustarse “por lo bajo”: apenas hay un 3 % de diferencia entre el SMI con respecto al salario más frecuente en España; mientras que en 2018 existía una diferencia del 60 %, según una investigación de Fernando Pinto, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos.

La calidad del trabajo y la estabilidad laboral son dos de los factores clave detrás del fenómeno. En España, la alta temporalidad y la parcialidad involuntaria continúan afectando a amplias capas del mercado laboral, especialmente en sectores como la hostelería, el comercio o los cuidados. A ello se suma el impacto del coste de la vivienda, que absorbe una parte cada vez más creciente de los ingresos de los hogares.

El caso español no es aislado. En toda la Unión Europea, más de uno de cada doce trabajadores está en riesgo de pobreza, una cifra que, aunque ligeramente inferior a la del año anterior, muestra cómo el empleo por sí solo no basta para evitar la vulnerabilidad económica. En países como Alemania o Italia, los porcentajes rondan el 9 %, mientras que Francia se mantiene en torno al 7 %.

La Comisión Europea ha advertido en repetidas ocasiones sobre el aumento de la llamada pobreza laboral, un fenómeno que refleja la desconexión entre crecimiento económico y bienestar social. En los últimos años, el alza del coste de la vida, especialmente de la energía y la vivienda, ha erosionado los avances logrados con el aumento de los salarios mínimos y las políticas de empleo.

Los expertos apuntan a causas estructurales: el peso de los empleos de baja remuneración, la temporalidad, la insuficiente cobertura de las transferencias sociales y la brecha entre la productividad y los salarios reales. En palabras del economista laboral Raymond Torres, del Funcas, “el riesgo de pobreza entre trabajadores muestra la fragilidad del modelo laboral español, donde el empleo a veces no garantiza autonomía económica”.

Desde el Gobierno, se insiste en que la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) y las medidas de protección social han contribuido a reducir la pobreza extrema. No obstante, los datos de Eurostat evidencian que buena parte de la población ocupada sigue en una posición vulnerable, especialmente entre los jóvenes y los trabajadores por cuenta propia con ingresos irregulares.