Guerra comercial

China acelera para el Año de la Rata

La economía del gigante asiático toma aire gracias a la anunciada inyección de liquidez de 100.000 millones de euros en el sistema financiero y a la demanda doméstica

New Year's Eve celebration in Beijing
Celebración del Nuevo Año occidental en PekínWU HONGEFE

El anuncio de la firma de la primera fase del nuevo acuerdo comercial entre EE UU y China, que podría producirse el próximo 15 de enero en la Casa Blanca, resuena como el primer buen presagio para el nuevo año chino que viene, en el que arranca, por cierto, un nuevo ciclo de doce años en el que todo lo negativo queda atrás. Y es que el próximo 25 de enero los chinos darán la bienvenida al Año de la Rata, según el calendario lunar por el que se rigen los habitantes del gigante asiático. Paradógicamente, el animal más detestado en Occidente representa, por su sagacidad un signo de suerte y prosperidad para los chinos. El año 4718 del calendario tradicional chino comenzará, además, con signos que anuncian una nueva era. Para empezar, el Banco Popular de China (BPC) ha anunciado una inyección de liquidez de más de 100.000 millones de euros mediante la rebaja de 50 puntos básicos del coeficiente de reservas exigido a los bancos del país. De este modo, se liberarán unos 800.000 millones de yuanes (102.664 millones de euros) que permitirán abaratar el crédito en el gigante asiático.

El «manguerazo» será efectivo a partir del próximo 6 de enero, de cara a las festividades del Año Nuevo Lunar, cuando el coeficiente de reservas pasará a ser del 12,50% para las grandes entidades bancarias y del 10,50% para los prestamistas de menor envergadura. “El recorte sirve como ajuste contracíclico, aumentando las fuentes estables de financiación para que las instituciones financieras apoyen a la economía real, reduciendo el coste de los fondos”, anunció el banco central chino en un comunicado. El banco central chino calcula que las entidades de pequeño y mediano tamaño recibirán 15.394 millones de euros en fondos a largo plazo, reforzando así su capacidad de cumplir sus obligaciones.

A esto se suma el creciente empuje de la demanda doméstica. La actividad del sector manufacturero de China mantuvo el ritmo de crecimiento en diciembre, según refleja el índice de gestores de compras (PMI) elaborado por la consultora Caixin, que se situó en 51,5 puntos, frente a los 51,8 del mes anterior. Una lectura del índice PMI superior a 50 puntos indica un incremento de la actividad, mientras que un resultado inferior a este umbral supone contracción. Aunque la tasa de crecimiento de los nuevos pedidos “fue modesta”, sugiere una mejora de la demanda doméstica e internacional, pero un repunte aún leve de las exportaciones.

Estos podrían ser los primeros pasos de un nuevo amanecer de la economía china. De hecho, la agencia de calificación británica Fitch acaba de mejorar las previsiones de crecimiento de este año para el gigante asiático hasta el 6%, tres décimas más de su anterior pronóstico y por encima de la mayoría de vaticinios.