Un paseo de 10 estrellas para descubrir una gastronomía innovadora

Diez estrellas Michelin, que conforman la constelación gastronómica más exquisita de la cocina española, deslumbraron el paladar de los titulares de American Express. Una experiencia culinaria, que se celebró en Ifema, que se suma a la lista de vivencias de los clientes de esta tarjeta, a través del programa “Entre Amigos”.

Desde 2016, esta iniciativa, que busca el boca oreja “entre amigos” con el fin de captar nuevos usuarios a la mítica firma financiera, permite que tanto los poseedores de dicha tarjeta como sus invitados puedan acceder y disfrutar de diferentes eventos exclusivos. Y así es como el pasado 15 de febrero tuvieron la suerte de probar las recetas de 10 reconocidos cocineros españoles, que lucen en su filipina la insignia de una Estrella Michelin.

Una vez cruzado el llamado “paseo de las estrellas” que prolongaba la entrada del pabellón 12, para rendir homenaje al arte del buen comer, y beber, los invitados comenzaron a rellenar su pasaporte o “gastrobook” de sellos y sus papilas gustativas a degustar nuevos sabores, como si se tratase de un viaje por los mejores fogones de un país que no es imaginario.

El dulce y el salado se fusionaban para alimentar el interés de los futuros clientes de esta entidad. Al igual que la tierra y el mar. Al gusto del consumidor, entre estos platos de lujo y algún que otro grito de “oído cocina”, se descubrían bocados clásicos como la empanada gallega, el canelón o la torrija, frente a otros más disruptivos como la corvina bañada en leche de tigre o el minibrioche de “steak tartar”. Todo estos, acompañados y refrescados por cuatro bebidas prémium por persona, en las que se incluían la cerveza Mica y los vinos seleccionados por Lavinia. La oro, la cuarzo y la sin gluten, presidían la barra de la rubia con el fin de ofrecer una amplia variedad y no tener margen de error a la hora de satisfacer a los invitados. Las copas de manzanilla, verdejo, tinto y cava servían también para brindar por un momento tan singular.

El plato principal femenino

Entre esas Estrellas Michelín sobresalían las chefs femeninas. La visión y el trabajo de la mujer se ha vuelto poderoso y vital en el sector de la restauración, “porque cada vez le damos más importancia a la profesionalidad”, sostiene, Cristina Figueira, chef del restaurante alicantino El Xato. Este acto demostró que tal afirmación es irrefutable, ya seis de los 10 chefs que protagonizaron el almuerzo y la cena de los amigos de American Express eran mujeres que han logrado, no sin esfuerzo, hacerse un hueco en el mundo de la alta gastronomía para impresionar a los presentes con su creatividad y su talento.

Elena Lucas, Lucía Freitas, Yolanda León, Maca de Castro, María José San Román y Cristina Figueira se pusieron manos a la obra para demostrarle al público su maestría, merecedora de una distinción tan anhelada como una Estrella Michelín. Al igual que sus colegas, Javier Estévez, Julián Mármol, Paco Roncero y José Carlos Fuentes, con quienes propiciaron un ambiente de camaradería que hasta abría el apetito.

“La cocina son 24 horas y para mí es mi vida”. Y no hay mejor forma que representar el día a día y la cultura de un “cordon bleu” que representar la esencia de su hogar en sus propias recetas. “Para conservar el recetario tradicional hay que hacer platos diferentes, pero basados en lo de siempre”, en la tierra, aconseja Freitas. Justamente por esta razón, el salón de la Feria de Madrid se convirtió en un recorrido por las distintas gastronomías españolas. Así, los asistentes disfrutaron de las especialidades de Santiago de Compostela, Mallorca, Soria, León o Alicante, sin salir de Madrid.

El aove está de moda

En una experiencia gastronómica tan suculenta como la presentada por American Express, no podía faltar la esencia del líquido dorado de moda. El aceite de oliva virgen extra abrió la boca de los invitados de la mano de “Casas de Hualdo”. Se presentaron al público, así, dos perfiles orgamáticos completamente diferentes. Por un lado, la Arberquina lideraba una variedad mucho más suave y sutil, con un gusto final picante en la boca. Mientras que el Picual representaba un sabor en nariz y boca con notas verdes, que recordaban al gusto de la hierva recién cortada y al olivo.