Estado de alarma

Calviño presiona a Iglesias para hacer recortes en 2021

El equipo económico del Gobierno tiene ya encima de la mesa un programa de austeridad para bordear la intervención

La pandemia del coronavirus ha colocado a la economía española al borde del abismo. En estos momentos, se encuentra en caída libre, con un déficit y una deuda pública fuera de control. Por eso hace ya semanas que el equipo económico del presidente del Gobierno, liderado por Nadia Calviño,prepara un duro plan de recortes económicos que permita a España recibir el imprescindible auxilio de Europa y bordear la intervención de nuestras cuentas por Bruselas. Sin embargo, este plan enfrenta frontalmente a los socialistas con su socio de Gobierno, Podemos. El vicepresidente Pablo Iglesias no está dispuesto a transigir con un programa de severos ajustes de las cuentas públicas, que suponga meter las tijeras a las pensiones, pasando por las nóminas de los empleados públicos, hasta llegar al tamaño de las administraciones públicas.

En estos momentos, España necesita una inyección de capital de unos 140.000 millones de euros, según los cálculos del propio equipo económico del Ejecutivo. Así lo confirman a este diario fuentes del Gobierno. Por ello es urgente recibir esa ayuda de Europa que alivie la presión sobre nuestra economía y aproxime al país cuánto antes a la salida del túnel. Por el momento, Bruselas está dispuesta a prestarla sin condiciones, es decir, sin solicitar unos sacrificios extras por su auxilio, mientras perdure la urgencia sanitaria. Una vez concluya, el panorama será completamente distinto.

En esta ocasión, se trata de una crisis internacional, que no afecta sólo a un Estado miembro, aunque el impacto y, por ende, sus consecuencias obren de manera desigual en los diferentes países. Además, la Comisión tiene muy en cuenta el resquemor de cualquier Estado a solicitar un rescate y a someterse, por tanto, a la supervisión de la autoridad europea.

Por eso, Bruselas prefiere esperar a que España presente su plan de reformas estructurales, es decir de recortes, encaminadas a frenar un déficit público disparado hasta más del 10% del PIB (según la previsión oficial del Ejecutivo), una deuda pública desbocada camino del 120% del PIB y una tasa de desempleo imparable hasta el 19% de la población activa en términos de EPA a finales de 2020, según las previsiones del propio Gabinete de Sánchez recogidas en el Plan de Estabilidad que remitió hace ya más de una semana a Europa para su supervisión.

Este desolador escenario macroeconómico se produce, como no podía ser de otra manera, con un desplome de los ingresos del Estado. De hecho, el Ejecutivo prevé que caigan, al menos, una media del 30% los ingresos impositivos (IRPF, Sociedades e IVA), según confirman a LA RAZÓN fuentes gubernamentales. Por tanto, el equipo económico de Sánchez, liderado por Calviño, experta en sortear los recovecos de la burocracia europea, ha preparado un plan severo de recortes de las cuentas para recogerlos en los próximos Presupuestos Generales del Estado de 2021, que deberán entrar en el Congreso antes del 31 de septiembre. Sin embargo, la oposición frontal de Podemos ha provocado que aún no se haya comenzado a trabajar en esas futuras cuentas de duros ajustes, que salven a España de ser intervenida.

Fuentes del equipo económico del Gobierno no ocultan su preocupación ante un eventual escenario de intervención de España, si Podemos impide que se adopten las reformas imprescindible para salir del interminable túnel en el que ha entrado la economía española. Estas mismas fuentes no descartan que Europa intervenga España en otoño, una vez confirme su rechazo a acometer estos recortes. De momento, el Gobierno es consciente del malestar de sus socios europeos por no haber ni siquiera remitido los Presupuestos Generales del Estado de 2020, elaborados antes de la crisis sanitaria y no aprobados, adaptados a las nuevas circunstancias provocadas por la pandemia del Covid-19. En este contexto, el Ejecutivo no descarta la intervención de nuestro país a la vuelta de las vacaciones ante la sinrazón de Podemos para acometer los imprescindibles ajustes. «Un rescate con condiciones sería la excusa perfecta para Podemos. La responsabilidad no sería del Gobierno español, sino de Bruselas», aseguran otras fuentes socialistas consultadas por este diario. Por si acaso, el equipo económico ha hecho sus deberes, pese a la oposición de Podemos, para que España reciba la inyección de capital necesaria para su subsistencia ante un desplome de la economía de casi el 10% del PIB previsto este año.

El plan de recortes incluye la reforma del sistema público de pensiones, que el ministro de Seguridad Social tiene negro sobre blanco desde hace semanas encima de la mesa de su despacho y en su cabeza desde hace años. Alineado con Calviño, tiene ya preparadas las tijeras para endurecer los requisitos de acceso a las pensiones, así como su cálculo. Además, está dispuesto a establecer en los Presupuestos de 2021 un crecimiento cero en las nóminas de 9,7 millones de pensiones, que, en un contexto deflacionista como el actual, supondrá un mantenimiento del poder adquisitivo, tal y como promete. El plan de recortes incluye, además, un ajuste de las nóminas de los empleados públicos, así como una congelación de la oferta pública de empleo y un adelgazamiento de la actual estructura de las Administraciones. Calviño está dispuesta a adoptar los ajustes necesarios que salven a España de la quiebra. Su única preocupación es que la oposición de Iglesias lo impida.