Actualidad

Banco de España

Pablo Hernández de Cos, el patinador del sentido común

El gobernador del banco de España predica la urgencia de adoptar una estrategia de crecimiento económico que sea “ambiciosa, integral, evaluable y basada en consensos amplios”

Economía.- El Banco de España cuestiona las quejas a bancos por préstamos ICO y asegura haber recibido 68 reclamaciones
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ante la Comisión para la reconstrucción social y económicaCONGRESO23/06/2020larazonCONGRESO

Pablo Hernández de Cos (Madrid, 1971), gobernador del Banco de España, en tiempos de “incertidumbre muy alta”, con modales exquisitos pero también con firmeza, claridad y sin pelos en la lengua, presentó ayer en la Comisión para la Reconstrucción del Congreso de los Diputados una detallada hoja de ruta para el futuro inmediato y más lejano de la economía española. El gobernador, como ya ocurrió en su anterior comparecencia en la Cámara Baja, concitó más que una cierta aquiescencia de todos los grupos políticos, desde Unidas Podemos a Vox, con la excepción de Noelia Vera Ruiz, representante de la CUP. Las reacciones de todos los partidos a las palabras de Hernández de Cos deberían indicar que estamos a las puertas de un gran –y casi unánime- acuerdo para la reconstrucción económica. Si las apariencias engañan, la sesión de la Comisión que preside Patxi López fue el mejor ejemplo. No es probable ese gran pacto, pero sin embargo, también desde ayer, nadie podrá alegar ausencia de propuestas detalladas, formuladas más allá de la política partidista, que merecerían ser atendidas.

El gobernador, más allá de los detalles, predica la urgencia de adoptar una estrategia de crecimiento económico que también sea “ambiciosa, integral, evaluable y basada en consensos amplios”. Además, defiende con firmeza la conveniencia/necesidad de poner en marcha una política económica estable durante varias legislaturas, al menos más de una. Hernández de Cos, como quizá no hizo nunca ninguno de sus predecesores, habla con solvencia y desparpajo tanto de productividad como de desigualdad y de consolidación fiscal, es decir, de control del déficit, lo que significa que el erario público debe ingresar más, gastar menos o ambas cosas al mismo tiempo. Su comodidad al hablar por igual de desigualdad como de control del déficit desarbola a algunos de sus críticos más ideológicos, sobre todo porque acepta la legitimidad de los políticos para adoptar sus decisiones. El, simplemente, se limita a presentar sugerencias desde su atalaya doble, del Banco de España y, sobre todo, del Banco Central Europeo (BCE), en donde es uno de sus miembros más influyentes, hasta el punto de que la agencia Bloomberg lo señalaba hace unas semanas como posible sucesor de Christine Lagarde, allá por 2027, porque entonces todavía tendrá 57 años. Hernández de Cos, aunque solo salió tangencialmente ayer en el Congreso, ha sido decisivo para impulsar la política del BCE de hacer lo que haya que hacer para abordar la crisis y fue uno de los primeros en defender una cierta mutualización de la deuda pública en Europa. “El poder del Banco de España es el poder de influir en el BCE”, ha comentado en alguna ocasión, una idea que estaba en la respuesta que dio ayer a las acusaciones de la diputada de la CUP –que no sabía muy bien lo que decía- de que el Banco de España está al servicio del BCE.

Hernández de Cos desgranó sus recetas y sugerencias –recogidas en un documento de 74 páginas- y, consciente de que pueden caer en saco roto, las dejó ahí porque está convencido de que la utilidad de su gesto. Las propuestas del gobernador abarcan los grandes retos de la economía y la sociedad españolas y reclaman una agenda ambiciosa de reformas, desde la productividad a las pensiones, sin olvidar el sistema fiscal. Cree que todavía es el momento de las políticas expansivas –de gasto- pero que al mismo tiempo hay que diseñar los planes futuros para que España reduzca el déficit y la deuda y sostiene, con optimismo, que todo es posible. Desde su independencia –tiene un mandato improrrogable de seis años- es valiente y no duda en abordar asuntos tan polémicos, pero ineludibles, como una revisión del IVA y de otros impuestos con capacidad de recaudación, así como la espinosa cuestión del sistema de pensiones, abocado a una prolongación de la vida laboral y a una mayor relación entre lo aportado y las prestaciones a recibir. Quizá por todo eso, el gobernador, sin llegar a la transversalidad más absoluta, fuera calificado ayer, con ribetes elogiosos por parte del diputado de Unidas Podemos, Txema Guijjarro García, como una especie de patinador virtuoso en “el fino filo del sentido común”. Al fin al cabo, casi todo lo que dijo y sostiene es sentido común, aunque como también apuntó el podemita -¡cosas veredes, amigo Sancho!- a veces sea el menos común de los sentidos.