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El campo español, en pie de guerra contra la renovación de los aranceles de EE UU

Patronales agroalimentarias y asociaciones agrarias piden una respuesta dura. El Gobierno se muestra partidario de la negociación. La Administración Trump decidió no elevar los aranceles al 100% para evitar la respuesta europea a sus productos

Protesta en Sevilla contra los aranceles de Estados Unidos a la aceituna negra de mesa española
Protesta en Sevilla contra los aranceles de Estados Unidos a la aceituna negra de mesa españolalarazon

La guerra de los aranceles entre Estados Unidos y la Unión Europea vivió la madrugada del jueves un nuevo capítulo que, sin sorpresas, mantuvo abierta e inalterable –en el caso de España– la lista de productos lastrados por las tasas de importación extraordinarias impuestas por la Administración Trump a parte de la producción europea por culpa del contencioso abierto por las ayudas a los gigantes aeronáuticos Boeing y Airbus.

La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos anunció que siguen vigentes los aranceles del 15% para los productos de aviación civil y un 25% para los industriales y agroalimentarios, por un valor total de 7.500 millones de dólares. En el listado actualizado, al que reconocieron haberle hecho unos «cambios modestos», se han suprimido algunos productos de Grecia y Reino Unido, pero se han sumado otros de Francia y Alemania y, en el caso de España, se han mantenido los mismos, incluidos en vino, el aceite y las aceitunas, con las misma imposiciones. Todas estas nuevas disposiciones entrarán en vigor el 1 de septiembre de 2020.

¿Y porque ha decidido ahora Estados Unidos hacer estas modificaciones? Pues porque el miércoles se cumplía el plazo marcado por la legislación para las consultas públicas acerca de la pertinencia de esta medida de presión comercial, y se daba la opción de dar un paso más y gravar los productos europeos hasta con un 100%. La sangre no llegó al río y decidieron mantener el plan inicial con unos «pequeños retoques».

Patronales del sector agrolimentario, asociaciones agrarias y el propio Gobierno se apresuraron ayer a rechazar el mantenimiento de las trabas a la entrada de productos españoles. Pero, frente a la tibia respuesta y a la postura negociadora mostrada por el Gobierno español, patronales y asociaciones pidieron mano dura y una respuesta contundente, para poner fin a una situación que «puede acabar con el futuro de infinidad de explotaciones agrarias». La ministra de Comercio, Reyes Maroto, se mostró a favor de alcanzar un acuerdo que «revierta la actual dinámica en las relaciones comerciales entre ambos países. La mejor de las decisiones es abrir un periodo de negociación, reducir o eliminar los aranceles y recuperar un mercado que para el sector agroalimentario es muy importante», dijo, pero nada de exigir en la UE sanciones similares, como sí ha hecho Francia.

Estados Unidos es el segundo país de destino para las exportaciones de alimentos y bebidas españoles fuera de la Unión Europea, y al que España exportó productos por un valor de 1.838 millones de euros en 2019. Pero en lo que va de 2020, entre la pandemia y los aranceles, las exportaciones se han reducido a prácticamente a cero, con una previsiones similares hasta final de año.

Con este panorama, la plataforma de sectores afectados por los aranceles –en la que se encuentran agrupados todas las patronales y asociaciones agrarias– mostró su «absoluto rechazo» al mantenimiento de estos gravámenes, y aunque expresó su «alivio» porque los arancerles no hubieran aumentado, denunció que «el problema no ha terminado y se necesita una intervención firme de la UE para poner fin a unos unos aranceles injustos y desproporcionados». Las asociaciones agrarias fueron un poco más allá, y UPA acusó al Ejecutivo de haber sufrido «otra derrota internacional que, de nuevo, tendrá que pagar el campo».

La medida renovada por la Administración Trump es el último episodio de la disputa comercial con la UE a raíz del conflicto por los subsidios que recibió el constructor aeronáutico europeo Airbus en detrimento de su rival estadounidense Boeing, que la OMC resolvió en favor de Washington al dar luz verde para que impusiera gravámenes a productos de la UE y el Reino Unido.

El único brote verde en este negro capítulo comercial es que un grupo de 13 senadores, tanto republicanos como demócratas, solicitaron formalmente que se retiraran los gravámenes porque la contrapartida europea estaba «bloqueando» y «arruinando» a los exportadores estadounidense. Todavía esperan respuesta.