Economía
Rehabilitación ecosostenible, un paso más hacia la descarbonización
En España, más de la mitad del parque inmobiliario tiene más de 40 años y el 80% de los edificios es ineficiente en términos energéticos
La pandemia provocada por el coronavirus ha establecido un nuevo paradigma sobre el hogar. Si algo nos ha quedado claro es que nuestra casa hoy es mucho más de lo que pensábamos. Se ha convertido en oficina, gimnasio, guardería, biblioteca, un espacio en el que pasamos más tiempo del que jamás hubiéramos imaginado. Al finalizar el confinamiento este nuevo arquetipo provocó un incremento del 40% de la demanda de casas y viviendas fuera de la ciudad. Además, los productos y servicios relacionados con la rehabilitación y reformas del hogar también experimentaron un incremento importante.
El confinamiento nos ha abierto los ojos, nos hemos dado cuenta de lo vulnerables que somos y hemos aprendido que debemos percibir la habitabilidad y el bienestar de manera más sostenible. Esta conciencia social ha provocado que muchos ciudadanos se dispongan a realizar reformas eco sostenibles, especialmente aquellos que residen en edificios o casas unifamiliares antiguas, que representan mayores emisiones de CO2.
En España, el 80% de los edificios es ineficiente en términos energéticos. Asimismo, más de la mitad del parque de edificios tiene más de 40 años, anterior a la introducción de cualquier normativa en materia de aislamiento térmico.
Además del ahorro energético y la reducción de emisiones, apostar por una rehabilitación ecosostenible del hogar supone una mejora en la calidad de vida. “Hay estudios que ponen en evidencia el impacto en la salud, tanto física como mental, de las personas que viven en un hogar bien rehabilitado”, explica Davide Cannarozzi, CEO de GNE Finance, empresa participada por Fundación Repsol, que impulsa la rehabilitación ecosostenible de viviendas y edificios residenciales y referente en la gestión integrada de programas de rehabilitación ecoeficiente impulsados por el sector público.
“No es lo mismo vivir en una vivienda digna, que vivir en una vivienda donde se pasa frío y además se escapa el calor por todas partes. Hay gente que consume mucha energía y a pesar de ello vive en una situación de poco confort”, añade Ane Miren de Ariño, Senior Investment Manager de Repsol Impacto Social.
Fundación Repsol impulsa estos objetivos de rehabilitación sostenible con su participación en GNE Finance. “Concretamente, el objetivo es hacer crecer la rehabilitación en entornos vulnerables y degradados de las ciudades, generando un triple impacto: reducción de emisiones y regeneración de los entornos urbanos; una mejora en la calidad de vida de los beneficiarios, enfocado en los colectivos con menos recursos; y además el fomento del empleo en el sector de las rehabilitaciones y la dinamización de la economía local”, razona de Ariño.
El pasado jueves 8 de abril se firmó la ley de Cambio Climático y Transición Energética, una ley que endurece los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, de forma que en el año 2030 estas emisiones del conjunto de la economía española deben ser un 23% menos respecto a las de 1990. Para conseguirlo resulta primordial renovar el parque inmobiliario.
“Si no, no llegaremos a las metas de descarbonización”, explica de Ariño. “Con una rehabilitación en profundidad el potencial de ahorro es muy grande. Si se acomete una obra en la envolvente térmica del edificio, en los cerramientos y en los elementos de agua caliente y calefacción, se puede obtener un potencial de ahorro energético entre el 50 y el 80%”, indica.
En línea con su apuesta por impulsar soluciones empresariales que trabajan por una transición energética sostenible e inclusiva, Fundación Repsol invirtió en GNE Finance a finales de 2019 para hacer crecer esta empresa. “Fundación Repsol nos ha ayudado a pasar de la dimensión de informar, divulgar, difundir y concienciar, a la acción”, revela el CEO de GNE Finance.
Planes piloto
Actualmente, Fundación Repsol y GNE Finance están trabajando en programas piloto como el Opengela, dedicado a la rehabilitación energética de edificios residenciales, en colaboración con el Gobierno Vasco, que se encuentra en fase inicial y que se enfoca, sobre todo, en intervenciones en barrios y en colectivos vulnerables.
Un plan innovador de colaboración público-privada en el que se acompaña a la comunidad o a los dueños de los inmuebles en todo el proceso de rehabilitación, a través de oficinas de barrio, dando la asistencia técnica necesaria para que se puedan definir las medidas que se van a implementar en los proyectos. Si algún hogar del edificio no tuviera capacidad económica para hacer frente a estos proyectos, el programa tiene previstos sistemas de financiación y subvenciones de hasta el 100 % para aquellos vecinos que tengan dificultades para asumir la inversión en la reforma. “Se trata de asegurarnos de que no se bloquee la rehabilitación del edificio y de no dejar a nadie atrás”, recalca el CEO.
El Gobierno español ha anunciado una partida de 6.820 millones de euros a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y aspira a que se rehabiliten medio millón de viviendas de aquí hasta finales de 2023. “Esta inversión representa solo una pequeña parte de los 50.000 millones de euros previstos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima de aquí hasta el 2030”, afirma Cannarozzi.
Sostiene Davide Cannarozzi que la Administración Pública tiene que ser consciente de que esta necesidad de rehabilitación y esos objetivos de descarbonización no se pueden cumplir únicamente a través de subvenciones. “Para lograrlo hay que contar con una capacidad de gestión de proyectos muy potente. Tenemos que incrementar cinco veces el ritmo de rehabilitación actual, asegurándonos unos objetivos mínimos de eficiencia energética”. En definitiva, se trata de un sector en crecimiento que requiere de la colaboración público-privada para alcanzar los objetivos previstos en 2050.
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