Los efectos del coronavirus
Hachazo al empleo en el sector textil a la vista
La patronal Acotex advierte de que, cuando desaparezcan los ERTE, habrá «un ajuste importante en plantillas». Las ventas del sector se hundieron un 41% el año pasado
Tras un 2020 «catastrófico» por los efectos del coronavirus, el comercio textil quiere ser optimista. Observa la caída de ventas del 15% que registró en mayo, la menor desde marzo del año pasado, con la esperanza de que marque un cambio de tendencia y la recuperación de las ventas aprovechando la llegada de turistas en los meses de verano. Pero aunque su facturación mejore, las heridas que ha dejado la pandemia en las economías domésticas son tan profundas que el sector empieza a asumir que, una vez desaparezca la red de seguridad de los ERTE, habrá un duro ajuste de empleo en el sector. «Cuando desaparezcan los ERTE, habrá ERES. Es necesario ese ajuste de plantillas. Creo que va a haber un ajuste importante y el numero de trabajadores disminuirá en presencia física y aumentará en el paro», según advirtió ayer Eduardo Zamácola, presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex).
La industria textil ya ha visto cómo su plantilla mermó de forma considerable el año pasado incluso con el escudo laboral armado por el Gobierno para proteger el empleo y que seguirá en vigor hasta finales de septiembre. El número de empleos de esta industria descendió el 14%, desde los 199.112 trabajadores que tenía en 2019 a 172.432 en 2020, 26.680 menos; según recoge el informe anual sobre el sector presentado ayer. Esta pérdida de empleos está directamente vinculada al cuantioso número de cierres de establecimientos que sufrió esta industria. A 31 de diciembre de 2020, en España seguían abiertos 47.101 establecimientos, frente a los 62.000 de finales de 2019, lo que significa que el covid provocó el cierre de 14.790 tiendas.
Durante el pasado ejercicio, las ventas del comercio textil cayeron un 41,6%, con una pérdida de facturación de 7.400 millones de euros en comparación con los registros de 2019, el año previo a la pandemia. Un retroceso que supone el mayor derrumbe de los registrados en los veinte informes anuales elaborados hasta el momento por Acotex).
Ni los de aquí ni los turistas
Las familias, confinadas muchas semanas en sus casas, sin opción después de ir a trabajar por estar en ERTE o sin empleo o teletrabajando en muchos casos, relegaron el año pasado el gasto en ropa a un lugar secundario. El gasto medio anual familiar (núcleo de 2 a 5 personas) ascendió en 2020 a 903 euros, lo que significa 353 euros menos que el año anterior, un 30% menos y casi la mitad del gasto medio familiar de 2006, según el estudio. El turismo tampoco pudo ser en esta ocasión la tabla de salvación del sector. Las compras de los visitantes extranjeros en nuestro país en estos establecimientos se redujeron en un 79% en el último año (de los 91.911,97 millones de euros de 2019 pasaron a tan sólo 19.739,92 millones el pasado ejercicio) al haber recibido un 77% menos de turistas (18.957.856 millones).
Aunque el sector textil está constatando ahora «un poco más de alegría, con cautela» en el ritmo de ventas, no cree que la facturación de mayo y principios de junio del pequeño comercio hayanmejorado con respecto a 2019, como ha ocurrido con el gigante mundial del sector Inditex. Zamácola elogió la marcha de esta compañía, que, según aseguró, es «un oasis en el sector». «Nos queremos parecer a ellos pero tenemos que darnos cuenta de que es un monstruo para quitarse el sombrero, con músculo financiero para aguantar cuando vienen mal dadas y, sobre todo, para aprovechar las oportunidades», afirmó. Su esperanza, más modesta en estos tiempos que corren, es que «las rebajas sean buenas y puedan ayudar a hacer caja, porque estamos en modo superviviencia», advirtió Zamácola. «Esperemos que la campaña de invierno, que comienza en julio, ayude a repuntar no solo en datos de ventas, sino en márgenes para hacer frente a los pagos», remachó.
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