Tecnología

La tecnología, clave en la lucha contra el cambio climático

La Fundación Naturgy y el IESE Business School reúnen al Gobernador del Banco de España y a Martin Wolf, editor adjunto del Financial Times, para hablar sobre el impacto del riesgo climático en nuestra sociedad

Martin Wolf, Pablo Hernández de Cos y Jordi Canals, de izq. a dcha.
Martin Wolf, Pablo Hernández de Cos y Jordi Canals, de izq. a dcha.La RazónLa Razon

Hace unos días, la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, aseguraba que el 60% de las empresas españolas están expuestas a riesgos relacionados con fenómenos meteorológicos, y advertía de la importancia de tener en cuenta los riesgos climáticos, tanto físicos como de transición. En esta línea se situó la octava edición del ciclo de conferencias Energy Prospectives, celebrada en Madrid el pasado martes y consistente en una serie de conversaciones de alto nivel sobre las condiciones económicas, técnicas y científicas que se vislumbran para el sector enérgico en un escenario de largo plazo, reunidas bajo el nombre de «Riesgo climático, Transición energética, Riesgos financieros y Crecimiento económico global». Estas charlas, organizadas por la Fundación Naturgy y el IESE Business Shcool, contaron con la presencia de dos grandes expertos: Pablo Hernández de Cos, Gobernador del Banco de España; y Martin Wolf, editor adjunto y columnista Jefe de Economía del Financial Times.

Cambio climático y bancos

Pablo Hernández de Cos comenzó su intervención haciendo alusión a que los temas tratados en esta jornada son «especialmente oportunos, teniendo en cuenta las recientes evoluciones de los precios en la energía», y defendió que el cambio climático y la «necesaria transición hacia una economía sostenible» son «los dos principales retos a los que se enfrenta actualmente la comunidad internacional». Afirmó que cada vez hay un consenso mayor respecto a que el sector financiero está altamente expuesto al cambio climático, y recordó que «aunque es un sector que generalmente se clasifica dentro de los que respetan el medio ambiente, también es cierto que está muy asociado al riesgo», ya que de su actividad dependen muchos otros sectores.

De Cos también destacó la necesidad de distinguir entre los riesgos de cambio climático y los de transición, entendiendo por estos últimos aquellos que se derivan de la transformación de la economía real hacia modelos productivos más sostenibles. Respecto a los primeros, dijo que «las pérdidas globales asociadas a las catástrofes ascienden hasta los 1.000,6 trillones de dólares en los últimos años». En cuanto a la transición hacia una economía sostenible, afirmó que «requerirá cambios importantes en el desarrollo de actividades entre sectores», y que «como resultado de este proceso de restructuración, algunos aumentarán sus beneficios a corto plazo y otros tendrán pérdidas». Por ello, destacó la necesidad inmediata de «evaluar adecuadamente la resiliencia y medir el impacto del cambio climático en la estabilidad financiera». Una tarea nada fácil, sin embargo, ya que las entidades financieras tienen lagunas sobre cómo abordar esta cuestión, debido a la ausencia de buenas bases de datos o de experiencias previas que indiquen cómo actuar ante cambios climáticos de semejante magnitud. De Cos recordó que este año, el BCE «está realizando un esfuerzo considerable», ya que ha diseñado la primera prueba de resistencia climática para el conjunto de la economía, en la que han participado aproximadamente 4 millones de empresas de todo el mundo y más de 2.000 bancos. Una de las grandes conclusiones que se han sacado de este ejercicio es que «los beneficios a largo plazo de la adopción temprana de políticas que impulsen la transición hacia una economía sin carbono, compensan con creces, en conjunto al menos, los costes a corto plazo de esta transición». Sin embargo, el gobernador asumía una gran problemática que se deriva de esto: «Los costes son visibles rápidamente, mientras que los beneficios no se podrán ver».

Otro de los puntos clave en esta transición hacia una economía más sostenible va a pasar por el efecto que van a tener en las empresas las tecnologías más nuevas y más verdes. De Cos afirmaba que estas van a reducir los costes de energía, pero van a necesitar una gran inversión, ya que las compañías tendrán que sustituir sus tecnologías existentes. Precisamente en esta «transformación tecnológica» puso el foco Martin Wolf, que advirtió sobre los riesgos que conlleva la inactividad ante el cambio climático.

«Armagedón climático»

Aseguró que «para poder mantener el aumento de la temperatura global a menos de 1,5ºC por encima de los niveles preindustriales, las emisiones deben reducirse un 40% para 2030. Si no hacemos nada, nos arriesgamos a un Armagedón climático». Wolf afirmó que parar el crecimiento no es una solución, y puso el foco en la tecnología, considerándola la «única salida», ya que así se reducirían de manera considerable los costes de las energías limpias y otras alternativas.

Otro de los puntos en los que hizo hincapié el editor adjunto del Financial Times estuvo relacionado con la función relevante que debe tener la administración a nivel mundial, ya que es la única que debe y puede garantizar una regulación certera. Entre las medidas a tomar, Wolf señaló que algunas de las más válidas pueden ser: impulsar incentivos, por ejemplo, ofreciendo subsidios temporales para nuevas tecnologías o poniendo plazos para la sustitución gradual de los vehículos contaminantes; y colaborar a su vez con las empresas, que impulsarán esta transformación mediante las inversiones.

Según palabras del editor adjunto del Financial Times, en la transición energética hacia una economía descarbonizada, seguiremos contando con combustibles fósiles, que deberán tener unos precios estables: «A medida que avanzamos hacia el nuevo sistema, los combustibles fósiles deben seguir operando y debe haber una estabilidad», apuntó.

Cambios en la inflación

En relación a esta cuestión, de Cos remarcó el impacto directo que tiene y tendrá el cambio climático en la banca: «Esta transición podría tener un impacto bastante directo en la capacidad de los bancos centrales para estabilizar la inflación. Es probable que las políticas destinadas a promover la transición a una economía neutra en carbono, como los impuestos al carbono, afecten la volatilidad de la inflación general, que incluye los precios de la energía».

En la jornada también estuvieron presentes Rafael Villaseca, presidente de la Fundación Naturgy, y el director general del IESE, Franz Heukamp, que inauguraron el acto. El profesor Jordi Canals, del IESE, fue el encargado de moderar la charla. Al comienzo de esta octava sesión de Energy Prospectives, Franz Heukamp dio la bienvenida a los ponentes y les agradeció su asistencia, alabando su calidad y remarcando la importancia que tiene escuchar a dos expertos debatir sobre el desarrollo de nuestra sociedad. Rafael Villaseca, por su parte, quiso destacar la interrelación existente entre el sector energético, el cambio climático y el mundo financiero y económico: «A través de estas jornadas, la Fundación Naturgy, con la colaboración del IESE, pretende contribuir a una mejor comprensión del sector energético y de los diferentes desafíos y retos que presentan en el futuro desde diferentes perspectivas», defendió.