Luz verde a la reforma de la PAC a partir del año 2023

El Parlamento Europeo aprobó ayer la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) que entrará en vigor en el año 2023, tras más de tres años de arduas negociaciones. El objetivo de esta nueva PAC reside en promover prácticas de biodiversidad para respetar el cambio climático; ayudar a las pequeñas y medianas explotaciones; apoyar a las nuevas generaciones de agricultores para paliar el envejecimiento en el sector; poner en marcha una reserva de crisis permanente para mitigar la inestabilidad de los precios en plena alza de las tarifas la luz, mayor transparencia para detectar posibles fraudes en la concesión de estas ayudas y medidas para terminar con la precariedad laboral.

Se considera que esta normativa es la más ambiciosa en 30 años y pretende adaptar la agricultura europea al siglo XXI, haciendo de la lucha contra el cambio climático una de sus principales prioridades. La PAC supone un tercio del marco presupuestario europeo.

España recibirá un partida de 47.724 millones de euros y se convertirá así en el país más beneficiado tras Francia y Alemania. Estas ayudas irán a parar a unos 700.000 agricultores y ganaderos españoles, lo que seguirá incluyendo a las ganaderías de reses bravas.

Uno de los aspectos más complicados de las negociaciones ha sido la supeditación de las ayudas al respeto a las normas medioambientales. Por ver primera, la PAC introduce los denominados eco-esquemas, que supondrán un 25% de todas las ayudas directas. Cada país deberá ofrecer a sus agricultores este tipo de pagos y los productores podrán decidir acogerse o no a estas subvenciones.

Mientras las capitales europeas querían que este tipo de nuevas ayudas supusieran un 20% de los pagos directos, la Eurocámara pretendía elevar esta cifra hasta el 30%. A cambio de esta punto intermedio, habrá una serie de cláusulas de flexibilidad que permita a los agricultores adaptarse a esta situación con el objetivo de que este dinero no se pierda.