Machetti, Poveda, Abati y Pérez Cimas

Ignacio Machetti es el presidente del monopolio de hecho Agroseguro; Inmaculada Poveda es la directora general. Ernesto Abati es el susbsecretario del Ministerio de Agricultura y a la vez presidente de la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (Enesa) y Miguel Pérez Cimas es alto cargo del Ministerio y director general de Enesa; ambos deberían vigilar el funcionamiento del sistema de seguros agrarios y, por lo tanto, de Agroseguro. Los cuatro son los máximos responsables del deterioro que se vive en la política de seguros. Los dos primeros por acción y los dos segundos por omisión. El régimen español de seguros agrarios se basa en lo que denominan un esquema de colaboración público privada. Bajo esa pomposa denominación, en realidad se esconde una situación de monopolio de hecho de Agroseguro, un pool de compañías aseguradoras. Dicho de otra manera, cuando un agricultor o ganadero quiere suscribir una póliza de las contempladas en las diferentes líneas del seguro agrario, que cuentan con subvención publica del Ministerio y de las comunidades, lo contrate con quien lo contrate, termina en manos de Agroseguro, sí o sí. Son los máximos responsables de este monopolio de hecho los que deciden qué cultivos son asegurables, en qué condiciones, el importe de las primas, las normas de peritación, a qué peritos contratan…

Teóricamente, Enes debe vigilar lo que hace Agroseguro y propiciar un equilibrio entre las empresas que lo integran, el Consorcio de Compensación de Seguros, que actúa como reaseguro cuando es necesario a causa de una elevada siniestralidad, y los representantes de los agricultores y ganaderos. Sin embargo, llevamos unos cuantos años en los que los responsables de Enesa «pasan». Algo comprensible si resulta que el director general de Enesa, Pérez Cimas, es consejero de Agroseguro y cobra del monopolio de hecho. ¿Se puede esperar que en estas condiciones ponga firmes a las compañías aseguradoras que lo forman? La situación se ha degradado tanto que la principal organización agraria, Asaja, tras mucho tiempo «tragando», ha puesto el grito en el cielo y ha pedido el cese de Ignacio Machetti. La guerra está declarada.