Empresas
Burocracia, costes y fiscalidad, frenos a la inversión de las empresas extranjeras en España
Las empresas que invierten en España reclaman rebajas de impuestos y de las cotizaciones, menos papeleo y llaman la atención por el alto precio de la luz
La inversión de las empresas extranjeras en España ha vuelto a los niveles previos a la pandemia, ya que un 90% de ellas aumentó o mantuvo sus inversiones en 2021, frente al 69% que lo hizo en 2020. Esta es una de las principales conclusiones de la decimocuarta edición del «Barómetro del clima de negocios en España desde la perspectiva del inversor extranjero», elaborado conjuntamente por el ICEX, la Marca España y la escuela de negocios IESE, y que recoge la valoración y la importancia que otorgan las más de 730 empresas extranjeras al clima de negocios en España. El estudio refleja que, en términos generales, las empresas inversoras confirmaron una clara mejoría en sus actividades en 2021 y unas perspectivas muy favorables para 2022 en lo que respecta a inversión, plantilla, facturación y exportaciones.
Sin embargo, varios problemas siguen ensombreciendo el clima de inversión extrajera en España. La mayoría de empresas ha vuelto a reclamar que debe actuarse en la mejora de aspectos fundamentales del mercado laboral, principalmente en lo relativo a la adecuación de la legislación laboral a las necesidades de las empresas, aunque sí que se valoran positivamente algunos de los avances realizados durante la crisis del coronavirus. También ven en el incremento exponencial de los costes –fundamentalmente los derivados de el incremento de la energía, los carburantes y las materias primas– y el exceso de carga burocrática elementos perturbadores a la hora de invertir. En concreto, sus quejas hacen referencia a aspectos como la falta de rapidez en los trámites oficiales, a la lentitud de los juzgados mercantiles y al exceso de burocracia.
Asimismo, dan una mala nota a los aspectos fiscales relacionados con el trabajo y el coste laboral. En el barómetro obtienen la peor valoración dentro del apartado de Fiscalidad, y la sexta peor de toda la encuesta, las cuotas a la Seguridad Social sobre el trabajador –que estiman demasiado elevadas- o los incentivos y ayudas a la contratación –en este caso por su cortedad–. Aunque la nota mejora respecto a 2020, la preocupación laboral entre las empresas extranjeras ha aumentado sensiblemente en importancia este año. Sobre todo por el nuevo impuesto de Sociedades, al que ven un amplio margen de mejora y sobre cuya preocupación ha ganado sensiblemente en importancia respecto al año pasado.
El barómetro también se ha interesado por la previsión que tienen los inversores para una vuelta a la situación precovid. En este caso, un 12% reconoce que ya está en situación de equilibrio, un 19% esperaba haber vuelto la situación prepandemia a finales de 2021, un 31% espera hacerlo a finales de 2022 y un 14% a finales de 2023. También existe un 17% de empresas foráneas con inversiones en España que afirma no haberse visto afectada negativamente por la crisis.
Sorprendentemente, estas empresas parecen no otorgar demasiada importancia a la llegada de los fondos europeos de recuperación. Según la encuesta, tienen una importancia baja o muy baja para el 52% de las empresas extranjeras y alta o muy alta solo para el 25% de ellas.
La innovación es otra de las áreas más criticadas en términos generales, sólo por detrás de fiscalidad y el exceso de burocracia, aunque no es de las más importantes para los inversores.
También hay aspectos positivos. El 93% de las empresas extranjeras que operan en España tiene previsto mantener o aumentar sus inversiones este año, al tiempo que el 94% espera aumentar o mantener sus plantillas. En lo que se refiere a la facturación, el 71% de las empresas prevé aumentarlos. En general, los factores mejor valorados por los inversores extranjeros son las infraestructuras y la calidad de vida en España, seguidas por el capital humano y el tamaño del mercado, factores que consideran fundamentales.
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