La pandemia aumentó la producción de billetes

Los peores momentos de la pandemia de la COVID-19 quedan cada vez más atrás en el tiempo, pero sin embargo, las consecuencias de estos siguen estando muy presentes. La economía es, sin duda, uno de los ámbitos que más arrastrarán los efectos de la crisis sanitaria, y también uno de los que más alterados se ha visto y se verá.

El pasado 22 de febrero se celebró la primera conferencia de billetes mundial de manera presencial, y en ella, Concepción Jiménez, Directora general de Efectivo y Sucursales del Banco de España, repasó los estragos que la COVID-19 ha dejado en los bancos centrales en general y en la producción de billetes en particular.

La llegada del virus provocó que el mundo de los pagos minoristas cambiara profundamente en todos los países, y el nivel de incertidumbre de cara al futuro sigue siendo elevado. En contra de lo que se puede pensar, la demanda de efectivo creció durante la pandemia en prácticamente todas las regiones, también en España. La emisión neta acumulada de billetes aumentó hasta casi los 10.000 millones de euros en 2020, frente a los 400 millones que se alcanzaron en 2019. Esto se debe, principalmente, a la paralización del turismo. Al no venir extranjeros a nuestro país, tampoco vinieron sus billetes. Por otra parte, también se produjo un aumento en la demanda de billetes para ser utilizados como depósito de valor, por motivos de precaución. El uso del efectivo como principal método de pago, por contra, descendió de manera notable.

Así pues, la conclusión es que se observó un incremento de la demanda de efectivo como depósito de valor, y una reducción de la misma como medio de pago. El Banco se enfrentó entonces a un gran reto, nunca vivido hasta el momento, y tuvo que garantizar el suministro de billetes, tanto a españoles como a europeos. De cara al futuro, la entidad bancaria asume que las tornas están cambiando, y que cada vez son más aquellos que abandonan el pago en efectivo. No obstante, la Directora general aseguró que «es importante que legislativamente se garantice que aquellos que elijan utilizar el efectivo en los próximos años, puedan seguir haciéndolo».