Crisis

Conservas Calvo, Azucarera, cementeras... ¿Por qué paran las fábricas?

A los sobrecostes de la electricidad y del gas se suman la falta de suministros y la huelga del transporte

Camiones de fruta y verdura en Mercabarna
Camiones de fruta y verdura en MercabarnaQuique GarcíaAgencia EFE

El goteo de empresas que han parado su producción es incesante. Las primeras en hacerlo fueron las grandes consumidoras de electricidad, metalúrgicas, siderúrgicas, químicas, papeleras o fabricantes de plásticos, entre otras electrointensivas. Luego el sector cerámico, las cementeras o el sector lechero. Ahora, los parones de la actividad productiva son generalizados como consecuencia de la conjunción de dos factores: los elevados precios de la energía y la huelga del transporte.

La conservera Calvo ha sido una de las últimas. A los dos problemas anteriores a la industria de las latas se une, además, la falta de aceite de girasol por la invasión rusa de Ucrania. De hecho, una buena parte de la industria agroalimentaria española quedará paralizada si en cuatro semanas no encuentra un sustitutivo para el aceite de girasol, usado para la elaboración de multitud de productos, desde bollería y conservas a salsas y fritos, y cuyas reservas no aguantarán más de un mes.

En el caso de Calvo, más de 650 trabajadores de la planta de A Revolta, en Carballo, se quedarán en casa al menos entre el próximo lunes y el miércoles al cerrar las instalaciones, según el acuerdo alcanzado entre la empresa y los trabajadores. Faltan todo tipo de materias: desde el aceite, hasta el atún, palés y estuches. La conservera está tirando de los excedentes guardados en las cámaras frigoríficas.

Azucarera ha parado también la actividad de su planta en Jerez de la Frontera (Cádiz), la única fábrica de azúcar que opera todo el año en España. La fábrica detuvo su producción ayer jueves ante la “imposibilidad” de seguir con la actividad normal por falta de materia prima. Ya en los últimos días la fábrica trabajaba a baja marcha para evitar un parón.

Frente a las 1.600 toneladas que se refinan en un día normal, ayer solo se pudieron refinar las últimas 450 toneladas que quedan en las instalaciones. “Este cierre supondrá un elevado coste para la compañía debido a la complejidad que supone la parada de una fábrica de este tipo”, han advertido desde Azucarera.

Desde hace días no accede ningún camión a las instalaciones de Azucarera, cuando en un día de actividad normal llegan más de 80 camiones procedentes del puerto de La Cabezuela (Cádiz)con la materia prima.

En la fábrica azucarera de Jerez de la Frontera trabajan cerca de 200 personas en unas instalaciones donde además de molturar la remolacha procedente de los campos de Andalucía, se refina azúcar bruto de caña durante el resto del año, un azúcar que tiene como destino el suministro, principalmente, del mercado andaluz y de todo el arco Mediterráneo.

El sector constructor también está parando y todas las industrias que lo alimentan. Por ejemplo, la fábrica de cemento de Málaga, perteneciente a FYM-Heidelberg Cement Group, que ha parado su horno de fabricación de clínker, constituyente principal del cemento, por los “inasumibles costes de la electricidad que gravan el coste de producción desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania”.

La medida forma parte del plan de contingencia que la compañía venía preparando ante la posibilidad de que la guerra se prolongue y continúe “disparando” los precios energéticos.

La empresa no considera por ahora, “por responsabilidad social”, aplicar otras medidas complementarias como el ERTE al que tuvo que recurrir en 2020 por la crisis de la covid.

Heidelberg Cement Hispania es la filial española de la multinacional HeidelbergCement, primer productor mundial de áridos, segundo de cemento y tercero de hormigón.