Energía
China, ¿la baza más factible para evitar que el boicot al petróleo ruso dinamite el mercado?
El país asiático podría incrementar el volumen de las compras de crudo ruso en unos 2 millones de barriles diarios y liberaría así parte de la oferta de otros productores
La invasión de Ucraniaha puesto patas arriba el mercado energético mundial. En el caso del petróleo, la incidencia de la guerra ha sido muy significativa dada la posición de Rusia en este mercado. El país que dirige Vladímir Putin es el tercer mayor productor mundial de petróleo, después de EE UU y Arabia Saudí, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Además, es el segundo que más exporta sólo superado por el saudí. En 2021, la producción rusa de petróleo alcanzó de media los 10,5 millones de barriles al día (b/día), cerca de un 10% del total mundial, y sus exportaciones sumaron el 8% del total.
Pero el petróleo ruso no fluye ahora al resto del mundo con la abundancia que lo hacía antes de la guerra debido a movimientos como los de Estados Unidos o Reino Unido, que han vetado su compra; y al rechazo de muchas compañías a comprar este crudo. La AIE y otros analistas calculan que en los próximos meses podrían desaparecer del mercado casi un tercio de los barriles que Rusia exporta, 3 millones diarios, una reducción que ya se está empezando a apreciar y que preocupa especialmente en los países occidentales por el importante “shock” que provocaría y que podría disparar los precios muy por encima del entorno de los 100 dólares en el que ahora se mueven.
China
Para contrarrestar este recorte, el mundo cuenta según los analistas de CaixaBank Research con una importante baza por el lado de la demanda de la que no disponía en la crisis energética de los 70 y que puede ser definitiva: China. El país asiático está manteniendo una calculada posición equidistante con respecto a la guerra de Ucrania. Aunque no ha condenado la invasión y respaldado las sanciones impuestas por EE UU y la UE, tampoco está prestando un decidido apoyo a la causa de Putin, con el que ha establecido una fuerte alianza en los últimos años. Y es precisamente esta relación que mantienen ambas potencias la que, según este servicio de análisis, abre una vía con mucho potencial para evitar una debacle del mercado petrolífero.
En su análisis “Rusia pone en jaque el escenario del petróleo mundial”, CaixaBank explica que China es el primer importador mundial de petróleo y productos refinados, con una cuota en el mercado global cercana al 16%. En 2021, la media diaria de sus importaciones de crudo ascendió a 10 millones de barriles, de los cuales 1,6 millones tenían origen en Rusia. “En la coyuntura bélica, ante la necesidad de Rusia de capitalizar parte de su producción (incluso a precios con descuento) y las reticencias de occidente a su crudo, se estima que China podría incrementar el volumen de las compras de petróleo ruso en unos 2 millones de barriles al día, y liberaría así parte de la oferta de otros países productores”, asegura. Esta opción, añade, se presenta a corto plazo como “la más factible [para evitar el importante desequilibrio entre oferta y demanda], siendo mutuamente beneficiosa para Rusia y China, aunque se encontraría con obstáculos geográficos para su transporte y su almacenamiento, aspectos que ralentizarían y encarecerían el proceso”.
La vía china, no obstante, se enfrenta en estos momentos a dos factores que la complican. En primer lugar, la propia guerra en Ucrania, que ha ralentizado la actividad económica mundial y, por tanto, la propia demanda de crudo. Y en segundo, la situación del coronavirus en China, donde la variante omicron está causando ahora estragos que la política de Pekín de tolerancia 0 con el covid amplifican. Todo ello, pero sobre todo la situación de China, ha movido a la AIE a revisar a la baja significativamente sus previsiones sobre la demanda mundial de crudo para este año hasta los 99,4 millones de barriles diarios. De hecho, China absorbió 730.000 barriles diarios menos de lo anticipado en marzo, cifra que será de 925.000 en abril y de 690.000 barriles en mayo, de acuerdo con sus previsiones. Una circunstancia, no obstante, que también contribuye al alejamiento al menos temporal de una posible escasez de crudo.
Oferta
Hasta ahora, los esfuerzos tanto de Estados Unidos como del resto de países occidentales para contrarrestar el recorte de producción ruso han pasado por intentar poner más barriles en el mercado. La primera palanca que han tratado de activar ha sido la de la OPEP+. El cártel de grandes productores de petróleo y sus aliados -entre ellos Rusia- apuestan por un incremento mensual de su producción moderado de 400.000 barriles diarios.
Washington también ha puesto la mirada en dos países hasta ahora en su lista negra: Venezuela e Irán. Pero no parecen, en todo caso, soluciones muy fiables. Rafael Ramírez, el que fue presidente de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) entre 2002 y 2013, bajo el gobierno del fallecido Hugo Chávez, recordó hace poco que la industria petrolera del país caribeño “se vino abajo” en los últimos años.En cuanto a Irán,unnuevo pacto nuclear que permitiese levantarle las sancionesfacilitaría la exportación del crudo iraní, aproximadamente 1,3 millones de b/día, “aunque se prevé que su llegada a los mercados energéticos sería lenta y gradual”, advierten desde CaixaBank.
La alternativa según el banco que se presenta más viable a corto plazo para aliviar las tensiones de la oferta sería la propuesta de varios países del G-7 de liberar parte de sus reservas estratégicas de petróleo. Esta idea, que fue tomando fuerza durante la recta final de marzo, culminó con el anuncio de EE UU de liberar 1 millón de b/día durante los próximos seis meses (cifra que se estima que podría aproximarse al 30% del total de sus reservas estratégicas). No obstante, como recuerda CaixaBank, algunos cálculos apuntan a que esta medida sería tan solo efectiva unos meses.
Sin escasez
A pesar de la compleja situación, la AIE confía en que de marzo a diciembre salgan al mercado3,9 millones de barriles diarios más, excluyendo Rusia, que impidan el temido “shock” de oferta y que el precio se descontrole. 1,9 millones tendrían que salir de la OPEP+, con una subida proyectada de 780.000 barriles diarios en Arabia Saudí. También espera que Estados Unidos aumente este año su bombeo en 1,27 millones de barriles diarios. Movimientos que complementarían al de la propia AIE de abril de sacar al mercado otros 120 millones de barriles de sus reservas estratégicas, después de una medida similar un mes antes por la mitad de esa cantidad.
No obstante, la agencia reconoce también que el mercado está rodeado de una “gran incertidumbre”, teniendo en cuenta entre otras cosas que las reservas industriales de la OCDE siguieron reduciéndose en febrero por decimocuarto mes consecutivo y estaban ya entonces 320 millones de barriles por debajo de la media de los últimos cinco años.
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