Banca

El impuestazo de Sánchez a la banca reducirá su beneficio a la mitad el año que viene

CaixaBank sería la entidad más perjudicada con un impacto de más de 400 millones de euros en 2023

Fachada del Banco de España
Fachada del Banco de Españalarazon

El país está atravesando numerosos estragos económicos, poniendo a todos los españoles entre la espada y la pared a raíz de una inflación disparada, unos precios de la energía muy elevados y una subida de tipos de interés. Tanto es así, que desde el Gobierno decidieron duplicar la carga impositiva a los principales bancos españoles así como empresas energéticas bajo el pretexto de recaudar 7.000 millones de euros en dos años. No obstante, este nuevo impuesto podría “erosionar” los beneficios de 2023 que el sector de la banca obtenga por las subidas de tipos, según el nuevo análisis sobre los resultados de la banca en el segundo trimestre del año realizado por Scope Ratings.

Por tanto, en el caso de implementarse el impuesto tal y como se contempla en la actualidad, con un recargo temporal del 4,8% sobre el margen de interés y sobre las comisiones netas obtenidas por las entidades en 2022 y 2023, así como las comisiones nacionales e 2021, esto perjudicaría “considerablemente” los beneficios que las entidades obtengan por las subidas de tipos, tal y como asegura la directora asociada del equipo de instituciones financieras, Chiara Romano.

En este sentido, el beneficio obtenido por la subida de tipos podría reducirse entre un 35% y un 55% en 2023 por el nuevo impuesto, cifra “significativamente” más alta en 2024, a medida que las tasas más altas se trasladen de manera gradual a los clientes. Así, CaixaBank sería el más perjudicado, con un impacto de más de 400 millones de euros en 2023, seguido por Santander en torno a 300 millones de euros, BBVA con un impacto de 250 millones de euros y Sabadell con algo menos de 200 millones de euros.

Durante el segundo trimestre, la banca española ha presentado unos “sólidos” resultados, con un margen de intereses positivo, y además Romano resaltó que la mayoría de las entidades confirmaron o mejoraron sus previsiones para 2022.

En lo que a nivel nacional se refiere, el impacto de la subida de los tipos fue diverso en cada entidad bancaria, aunque en los casos en los que los efectos de la revalorización fueron poco significativos, el aumento de los volúmenes lo habría compensado.

Asimismo, la firma resaltó que el aumento de los ingresos por comisiones reforzó la trayectoria positiva del segundo trimestre, mientras que el descenso de las comisiones no bancarias se vio “más que compensado” por el crecimiento de las comisiones bancarias y de seguros.

“Los gastos de explotación tienden a aumentar para las entidades más diversificadas geográficamente, aunque por debajo de la inflación compuesta y, sobre todo, por debajo de los ingresos, lo que lleva a un apalancamiento operativo plano o ligeramente mejor”, dijo Romano.

En la mayoría de las entidades analizadas, los indicadores de calidad de los activos mejoraron. En el segundo trimestre, la firma destacó que fue “muy productivo” en cuanto a venta de préstamos dudosos (NPL) en España, por lo que los ‘stocks’ de CaixaBank, Sabadell, Santander y Kutxabank disminuyeron tras las transacciones en el espacio garantizado y no garantizado.

Asimismo, para la mayoría de las demás entidades, los niveles de cobertura de la morosidad son sólidos y mejoran en su mayor parte, sobre todo en Ibercaja y KutxaBank, en las que la tasa se situó en el 81,6% y en el 100%, respectivamente, excluyendo los riesgos contingentes y la cobertura prudencial.

El coste del riesgo estuvo en su mayoría en línea o por debajo de las previsiones iniciales, por lo que la mayoría de los bancos mantuvieron sin cambios las previsiones para este año. De media, el coste del riesgo en España se situó en 34 puntos básicos, es decir, menos de la mitad en comparación con el año 2020. BBVA y Bankinter ajustaron a la baja en 5 puntos básicos, hasta 25 puntos básicos y 35 puntos básicos, respectivamente.

“Aunque más del 90% de los préstamos garantizados por el Estado se están reembolsando y las tasas de morosidad son manejables, los bancos se muestran cautelosos ante el posible impacto del deterioro del panorama macroeconómico”, dijo Romano. Asimismo, apuntó que los niveles de cobertura son sólidos, ya que no se han liberado los excedentes, mientras que los ratios de morosidad tienden a la baja.

Por último, los ratios de solvencia se mantuvieron relativamente estables en el segundo trimestre, con una creación de capital orgánico que fue sólida, aunque las distribuciones y recompras, la inflación de los activos ponderados por riesgo y los efectos del mercado compensaron la mayor parte del aumento.