Ralentización económica

La morosidad empresarial se dispara un 42% y alcanza los 349.000 millones de euros

La deuda comercial con retraso de pago alcanza ya el 73,3% del total, 3,6 puntos más

La construcción es uno de los sectores con mayor morosidad
La construcción es uno de los sectores con mayor morosidadJesús HellínEuropa Press

La desaceleración de la economía española y el adverso impacto de la inflación sobre las cuentas empresariales siguen afectando negativamente a la evolución de la morosidad empresarial. Según el Observatorio de morosidad de la patronal de las pequeñas y medianas empresas (Cepyme), la morosidad empresarial en España aumentó en 3 puntos en el primer trimestre del año respecto del trimestre anterior y en 3,9 puntos porcentuales en términos interanuales. Este incremento, según ha asegurado Cepyme, es resultado tanto del aumento de las facturas con retraso de pago como de la ampliación de lo períodos de pago. Así, la deuda comercial con retraso de pago alcanzó el 73,3% del total, 3,6 puntos más que en el trimestre anterior, alcanzando un volumen de 348.992 millones de euros, un 42% más que en el mismo período del año anterior. En cuanto al período medio de pago, en el primer trimestre se ha elevado hasta los 83,9 días de media, frente a los 81,4 del trimestre anterior y los 82,6 días del primer trimestre de 2021.

La patronal ha explicado en una nota que el fuerte incremento de la morosidad registrado en el primer trimestre de 2022 se debe en buena medida “a la desaceleración de la economía, afectada por la escalada de precios y las consecuencias del conflicto de Ucrania, que están teniendo efectos negativos sobre la recuperación económica y reduciendo directamente la liquidez de las empresas”. Según Cepyme, las compañías “no están transmitiendo la totalidad de las alzas de sus costes al cliente final y esto se traduce en una tesorería menguante, lo cual afecta a la capacidad de pago a los proveedores”. De hecho, añade, un número creciente de empresas reconoce este problema y está negociando con sus proveedores una ampliación de los plazos de pago.

Malos presagios

Esta situación, asegura Cepyme, explicaría el aumento del periodo medio de pago observado en el primer trimestre y hace que las previsiones a este respecto sean negativas. “Las tensiones en los precios energéticos se mantendrán, al menos, hasta la próxima primavera y las alzas de costes se han generalizado, dando forma a una presión adicional sobre los márgenes empresariales que aumenta el riesgo de impago o de retrasos para hacer frente a las obligaciones en los próximos meses. Todo ello en un contexto presidido por la incertidumbre y en el que los bancos centrales se muestran decididos a frenar la inflación”, asegura la patronal. Esto, añade, se traducirá “en mayores costes de financiación y condiciones más duras para acceder a dicha financiación, lo cual complicará la posibilidad de acceder a financiación externa para hacer frente a desfases de tesorería”.

La morosidad tiene un doble coste para las empresas. Por un lado, en términos de dificultades de financiación para cubrir la demora en el pago y, por otro, en intereses de demora exigibles, que se estima para el primer trimestre del año en 1.831 millones de euros, si tenemos en cuenta un retraso medio en el pago de 23,9 días y un tipo de interés legal de demora del 8%. Este coste supone un 50,5% más que en el mismo período del año anterior (1.217 millones de euros).

Para Cepyme, estos impagos siguen siendo un grave problema para las empresas que “ponen en riesgo su liquidez y comprometen su viabilidad, en especial para las de menor dimensión. En este caso, las opciones para acceder a la financiación son más limitadas y esto hace más probable que los problemas de liquidez acaben degenerando en problemas de solvencia”, explica la patronal.

Las microempresas, con menos recursos y capacidad de negociación, registran el mayor incremento interanual en su período medio de pago, 7,9 días, situándose en 87,6 días la demora en los pagos, convirtiéndose en las empresas que más tardan en pagar. Las pequeñas empresas han incrementado ligeramente en estos primeros meses del año su periodo de pago en 0,6 días, pasando de 82,9 a 83,5, mientras que las medianas empresas han reducido sus periodos en 0,6 días, desde los 84,7 a 84,1 días. Por rama de actividad, la construcción y promoción, junto con el sector textil, se mantienen como las actividades con mayores retrasos en el pago, alcanzando los 98,4 y 90,4 días de periodos medios de pago, respectivamente.