Crisis

España se frena en seco: crece dos puntos menos que a final de año

El INE empeora su previsión y rebaja el avance del PIB de tres a dos décimas en un primer trimestre marcado por la inflación récord

Ministros aplauden a Pedro Sanchez durante el pleno del Congreso donde se ha celebrado hoy la sesión del control al gobierno.
Ministros aplauden a Pedro Sanchez durante el pleno del Congreso donde se ha celebrado hoy la sesión del control al gobierno.Alberto R. RoldánLa Razón

El PIB español apenas avanzó un 0,2% en el primer trimestre de 2022 respecto al trimestre anterior, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), una décima menos que el avance que hizo el organismo en abril. Esta tasa es dos puntos inferior a la registrada en el cuarto trimestre del pasado año, recuerda el INE, lo que da idea del estancamiento de la economía, que daba ya síntomas de ralentización desde el verano pasado.Los datos de contabilidad nacional trimestral difundidos este viernes por el INE apuntan a que la demanda nacional (consumo e inversión) ha restado 0,6 puntos al avance del PIB, en tanto que la demanda externa (exportaciones e importaciones) ha contribuido al crecimiento con 0,3 puntos.El principal lastre para el PIB ha sido el brusco descenso del consumo de los hogares, con una contracción del 2%, mejor que en en avance de abril, cuando en un trimestre marcado por un aumento de los casos de Covid debido a la variante ómicron y a la invasión rusa de Ucrania, el INE apuntaba a un desplome aún mayor del gasto de los hogares del 3,7%. El primer trimestre del pasado año también dejó una contracción del 2,6% del consumo de los hogares como consecuencia del Covid, aunque luego rebotó en el segundo trimestre un 4,9%. Algo a lo que se aferra el Gobierno para cumplir sus nuevas previsiones de crecimiento y alejar el fantasma del estancamiento, que sumado a la alta inflación y al parón laboral podría derivar en la hidra de tres cabezas: la estanflación. En el último trimestre del año, el gasto de los hogares creció en tasa intertrimestral un 1,5%.

A este ritmo de crecimiento, la economía española retrasará aún más su recuperación plena del desplome de 2020, cuando el PIB se contrajo un 10,8%, su mayor tasa desde la Guerra Civil. En 2021, la recuperación fue del 5,1%, con lo que aún quedaban por recuperar 40.000 millones de euros respecto al PIB de 2019.

Respecto a la variación interanual del PIB se sitúa en el 6,3%, frente al 5,5% del trimestre precedente, una décima inferior a la avanzada el pasado 29 de abril. Esto se debe al menor impulso del consumo interno ante la escalada de precios. La contribución de la demanda nacional al crecimiento interanual del PIB es de 4 puntos, dos décimas superior a la del cuarto trimestre. Por su parte, la demanda externa presenta una aportación de 2,3 puntos, cinco décimas superior a la del trimestre pasado. El deflactor implícito del PIB aumenta un 3,9% respecto al mismo trimestre de 2021, cuatro décimas menos que en el trimestre anterior.

El empleo de la economía, en términos de horas trabajadas, registra una variación intertrimestral del 3,2%. Esta tasa es de menor magnitud en el caso de los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo (del 0,5%, lo que supone dos décimas menos que en el cuarto trimestre), debido al aumento que se observa en la jornadas medias a tiempo completo (del 2,6%).

En términos interanuales, las horas trabajadas crecen un 7,5%, tasa 4,8 puntos superior a la del cuarto trimestre de 2021, y los puestos equivalentes a tiempo completo lo hacen en un 5,3%, cinco décimas menos que en el cuarto trimestre, lo que supone un incremento de 934 mil puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en un año. La variación interanual del coste laboral unitario se sitúa este trimestre en el −0,2%.

La renta nacional bruta y la renta nacional disponible bruta varían un −0,5% y un −0,9%, respectivamente, respecto al trimestre anterior. En relación al primer trimestre de 2021, la renta nacional se incrementa un 10,3% y la renta nacional disponible un 10,4%.

El avance de los datos por parte del INE a finales de abril forzó a la ministra de Economía, Nadia Calviño, a reducir de un plumazo -casi un 40%- la previsión de crecimiento para el conjunto del año. El avance de apenas tres décimas por el desplome del gasto de los hogares del 3,7% estimado entonces, sumado a la inflación disparada por encima del 8% y un aumento del paro de 70.900 personas y con más de 100.000 empleos perdidos entre enero y marzo, obligó a recortar hasta el 4,3%, casi tres puntos menos respecto al 7%, la previsión contemplada en los Presupuestos. El Banco de España, rebajó aún más hace una semana su previsión para el año. Lo hizo en cuatro décimas, al 4,1%, tras el anterior recorte de nueve décimas de abril.

El Banco de España ha retrasado al verano de 2023 la recuperación plena de la economía de sus niveles pre-Covid. La previsión de crecimiento del organismo para 2023 se redujo al 2,8%, retrasando parte del crecimiento a 2024 (en el que sube una décima el repunte del PIB, hasta el 2,6%). El BdE recuerda que la economía española todavía está 3,4 puntos por debajo del dato de 2019, en contraste con el conjunto de la UE, que ya ha recuperado su nivel prepandemia.

El fracaso del “tope al gas”, que no va a lograr los efectos esperados para rebajar el precio de la electricidad, sumado a las tensiones crecientes en los mercados del gas y del petróleo por la invasión rusa de Ucrania y las sanciones a Rusia así como los repuntes de ingresos por Covid pueden también afectar a estos pronósticos y sumir a la economía española en un estancamiento que retrase aún más esa ansiada recuperación de los niveles de 2019.