Turismo

Airbnb pone a los hoteles en el foco del turismo de masas y la crisis de vivienda: "Europa necesita más viviendas, no más hoteles"

La plataforma defiende que en algunos barrios ya hay tres habitaciones de hotel por cada cinco residentes y la construcción de vivienda roza mínimos históricos

Economía.- Santa Cruz de La Palma, Logroño y Cheste son tendencias a nivel mundial en Airbnb para invierno
Economía.- Santa Cruz de La Palma, Logroño y Cheste son tendencias a nivel mundial en Airbnb para inviernoEuropa Press

El turismo, que durante años ha sido el motor económico de España y símbolo de su cultura, hoy se sitúa como una amenaza para la habitabilidad de las ciudades por su masificación. Airbnb, epicentro del debate sobre su papel en la saturación de los destinos turísticos y en la crisis de vivienda, ha tirado la piedra sobre el tejado de los hoteles como impulsores del turismo de masas,con la proliferación de las camas (hasta tres por cada cinco residentes en algunos barrios) mientras que la construcción de vivienda roza mínimos históricos. “Europa necesita más viviendas, no más hoteles. Sin embargo, en muchas ciudades se sigue apostando por la construcción hotelera, mientras que la promoción de vivienda cae a mínimos no vistos en casi una década”, afirma Theo Yedinsky, vicepresidente de Políticas Públicas de Airbnb.

Según su informe "Turismo masivo en la UE", basado en datos de Eurostat sobre las 10 ciudades más visitadas de la UE, los hoteles fueron en 2024 los responsables del 78% de las pernoctaciones en la UE (3.000 millones), con un aumento considerable en los últimos años. En concreto, entre 2021 y 2023 el número de noches reservadas en las 10 ciudades más visitadas del continente se multiplicó por 2,5 veces -más de 200 millones de noches adicionales-, y tres cuartas partes de este aumento correspondió a los hoteles.

En comparación, en 2023, los hoteles de las 10 ciudades más visitadas de Europa registraron cinco veces más pernoctaciones que Airbnb (cuatro veces en el caso de ciudades como Barcelona y Madrid). La plataforma defiende que los hoteles conllevan así una presión turística siete veces superior a la de los alquileres turísticos, con 222 pernoctaciones al año de media frente a 34 noches por Airbnb. Además, no tienen planes para frenar ese turismo masivo. Al contrario, solo en 2024, se inauguraron casi 40.000 nuevas habitaciones de hotel en Europa y a finales de ese mismo año, había casi 250.000 habitaciones en proceso de construcción o planificación.

Pero, según Airbnb, no solo los hoteles contribuyen al colapso de decenas de ciudades españolas y europeas, también los cruceros y el aumento de las rutas aéreas. Por un lado, los cruceros saturan las calles con aluviones de turistas que dificultan la movilidad y saturan los servicios, mientras que su impacto económico en las ciudades es reducido. En el caso de Barcelona llegaron en 2024 3,6 millones de turistas a través de cruceros, un 53% más que en 2023.

En la misma ciudad, mientras se reduce la actividad del alquiler de corta duración, se ha aprobado esta misma semana la ampliación del aeropuerto de El Prat, algo que para Airbnb resulta "paradójico" si el gobierno local quiere frenar el turismo de masas y facilitar que los barceloneses puedan vivir en la ciudad. Además, "mientras que el alcalde de Barcelona ha dicho que la represión de Airbnb es necesaria para hacer frente al turismo excesivo en la ciudad, también ha dicho que todavía hay un potencial de 5.000 habitaciones de hotel que se abrirán en la ciudad, y otras 15.000 en el área metropolitana, que 'se verán impulsadas por el fin de los alquileres a corto plazo", subraya la plataforma.

Jaime Rodríguez Santiago, country manager de Airbnb para España y Portugal, argumenta que, en contra de los datos, los principales causantes de este turismo de masas "parecen haber encontrado un chivo expiatorio en el alquiler de corta duración". Mientras, "el sobreturismo está empeorando en muchas de las zonas donde han aumentado las restricciones" a estos arrendamientos porque no se han centrado en gestionar correctamente los flujos de turistas.

En 2014, Barcelona suspendió la concesión de licencias para pisos turísticos. Entre 2020 y 2023 el número de licencias decreció un 56% en Barcelona. Esto debería haber derivado en una reducción del flujo de turistas y una caída de los precios de la vivienda. En cambio, los precios de los alquileres residenciales se encarecieron un 24% y la oferta en hoteles a precios más económicos prácticamente ha desaparecido. "El alquiler de corta duración no es la causa raíz de la crisis de vivienda en España", insiste Jaime Rodríguez Santiago, ya que apenas un 0,5% de las viviendas del mercado están dedicadas al alquiler de corta duración.

Airbnb insiste en que la crisis de vivienda no radica en un acaparamiento de viviendas para crear alquileres de corta duración, sino en un desacople entre el crecimiento del número de hogares y la creación de vivienda. La creación neta de hogares entre 2015 y 2023 en España se multiplicó por 5,8 y al mismo tiempo se produjo un desplome de la construcción. Entre 2019 y y 2023 se han construido 83.000 viviendas por año, la cifra más baja desde los años 70, con un hundimiento de la vivienda social. De hecho, recientemente la Comisión Europea le reprochó al Gobierno español la escasez de vivienda social asequible y le exigió un incremento, aprobar la reforma de la ley del suelo y reducir los tiempos de los permisos de construcción. Actualmente, la vivienda pública solo representa el 2,5% del parque de vivienda frente al 9,3% de media en Europa.

La plataforma de alquiler turístico también defiende que Airbnb, en lugar de saturar los grandes núcleos urbanos, como lo hacen los hoteles, contribuye a aliviar la concentración turística de las ciudades, ya que el 59% de las pernoctaciones en Airbnb en la UE en 2024 sucedieron fuera de las ciudades y el 55% de los anuncios fueron de viviendas situadas fuera de las ciudades, lo que también permite que los beneficios económicos se dispersen hacia áreas rurales. Asimismo, la plataforma insiste en que los anfitriones de Airbnb (50%) usan los ingresos derivados de sus alojamientos para pagar sus propias viviendas.

La otra cara de la moneda: el impacto de los pisos turísticos

Frente a la interpretación de Airbnb, hay otros estudios que responsabilizan más directamente a los alquileres turísticos del encarecimiento de la vivienda. Recientemente, el Banco de España señaló al turismo como uno de los factores causantes de la crisis de vivienda, pero no puso el foco en los hoteles. La entidad alertó de que la creciente compra de viviendas por parte de extranjeros no residentes y la expansión del alquiler turístico están reduciendo la oferta residencial y encareciendo los inmuebles, lo que dificulta el acceso de la población local, sobre todo a jóvenes y hogares vulnerables.

A diferencia de los pisos turísticos, los hoteles no compiten directamente con el mercado residencial de vivienda, ya que se ubican en suelos destinados a usos turísticos o comerciales y operan bajo estrictas normativas fiscales, laborales y de seguridad. Mientras tanto, muchas viviendas turísticas se sustraen del parque habitacional permanente, se instalan en barrios residenciales y operan de forma irregular, contribuyendo a la gentrificación y al alza de los precios del alquiler. Asimismo, el volumen de turistas depende más de la promoción y conectividad de los destinos y no tanto del número de camas hotelera. Además, la caída en la construcción de vivienda se debe a múltiples factores (falta de suelo urbanizable, burocracia, especulación inmobiliaria, y falta de inversión pública en vivienda asequible), no a la proliferación hotelera.

Frente a los datos que aporta Airbnb, sobre el bajo porcentaje de alquileres turísticos sobre el parque total de vivienda, en noviembre de 2024 (último dato disponible del INE), había 368.295 viviendas de uso turístico registrada en España, una cifra que aumentó un 20,70% respecto a principios de 2023, y la mayoría estaban concentradas en las principales áreas turísticas del país como Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía, Islas Canarias y Baleares y Madrid.

La proliferación de los alquileres turísticos, en detrimento de los arrendamientos residenciales, no es el único problema, sino también los pisos turísticos que operan de forma ilegal. Airbnb recibió una orden del Ministerio de Consumo a mediados de mayo para retirar 65.935 anuncios ilegales de pisos turísticos. Del monto total, exigido en tres resoluciones remitidas por Consumo a la plataforma, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid emitió un auto en el que avaló las actuaciones del Ministerio e instó a retirar una primera tanda de 5.800 anuncios ilegales por

Airbnb respondió que "continuará recurriendo todas las decisiones que afectan a este caso", defendiendo su buen hacer y acusando Ministerio de Consumo de no ser "competente para hacer cumplir las regulaciones en materia de alojamientos turísticos". Asimismo, la plataforma defendió su papel como intermediario neutro y apuntó que Consumo "ha proporcionado un listado de anuncios utilizando una metodología indiscriminada".