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Black Friday 2025

Black Friday: la sorprendente historia detrás del día que revolucionó el consumo

Hoy lo asociamos a colas, clics compulsivos y rebajas imposibles, pero Black Friday no nació como una celebración del consumo. Su nombre empezó siendo casi un insulto, ligado al caos y a un viernes particularmente oscuro en la historia de Estados Unidos

Black Friday: la sorprendente historia detrás del día que revolucionó el consumo Unsplash

Cada año, el viernes posterior a Acción de Gracias marca el pistoletazo de salida oficioso de la temporada de compras navideñas en Estados Unidos y, desde hace dos décadas, también en buena parte del mundo. Lo que empezó como una jornada de descuentos en tiendas físicas se ha convertido en un evento comercial masivo, con campañas que hoy duran semanas y que arrastran a marcas, plataformas online y consumidores a una especie de maratón global de ofertas.

En países como España,Black Friday se consolidó sobre todo a partir de los años 2010, empujado por el e-commerce y por grandes cadenas internacionales. Con los años, sa convertido en una fecha que reorganiza calendarios, adelanta compras navideñas y dispara la competencia por captar atención en un mercado saturado de promociones.

De un viernes “negro” en Filadelfia al fenómeno global

De un viernes “negro” en Filadelfia al fenómeno globalUnsplash

El nombre Black Friday tuvo, antes que nada, un sentido oscuro. En la historia estadounidense se llamó así a varios días de crisis; el más famoso fue el 24 de septiembre de 1869, cuando un intento de manipular el mercado del oro provocó un desplome financiero. Aquel "viernes negro" no tenía nada que ver con rebajas, pero dejó la expresión asociada a caos y pérdidas.

Décadas después, el término reapareció con otro significado, todavía negativo. A comienzos de los años cincuenta se usó para describir el viernes después de Acción de Gracias en fábricas y oficinas, porque muchos trabajadores se ausentaban para alargar el puente. Era, literalmente, un "viernes negro" para la productividad.

La conexión directa con las compras llegó en los años sesenta en Filadelfia. La policía local empezó a llamar Black Friday al día posterior a Acción de Gracias por el tráfico imposible, las aglomeraciones en los comercios y el ambiente de descontrol que se generaba en el centro de la ciudad, agravado además por el partido anual de fútbol americano Army Navy que atraía aún más gente. Los comerciantes intentaron cambiar el nombre por "Big Friday", pero el apodo policial se impuso y terminó viajando a otras ciudades.

El gran giro llegó en los años ochenta, cuando el sector minorista decidió darle la vuelta al relato. Empezó a difundirse la explicación de que ese día las tiendas pasaban de estar "en rojo" (pérdidas) a "en negro" (beneficios), una imagen tomada de la contabilidad tradicional. No era el origen real del término, pero funcionó como re-branding perfecto: transformó una jornada asociada al caos en una fiesta del consumo.

Desde entonces, Black Friday no ha hecho más que crecer. Primero se convirtió en el día con más ventas presenciales del año en Estados Unidos y luego, con internet, saltó de las tiendas a la pantalla. En los 2000 surgieron extensiones naturales como Cyber Monday (descuentos online el lunes siguiente) y más tarde campañas adelantadas que hoy empiezan incluso antes de Acción de Gracias. El "viernes" dejó de ser un día para convertirse en una temporada comercial completa.

Así, lo que nació como una forma de describir un colapso urbano en Filadelfia terminó convertida en una etiqueta global de marketing. Un nombre oscuro, reciclado por el retail, que hoy define el mayor ritual contemporáneo de compras con descuento.