Cargando...

Energía

La cruzada anti-renovable de Trump paraliza proyectos clave en Estados Unidos

Un informe de la Universidad de Princeton estima que se dejarán de invertir 500.000 millones de dólares entre 2025 y 2035 en energías limpias

Una figura de Trump en una tienda de souvenirs en Windsor NEIL HALLEFE

El giro dado por el presidente estadounidense, Donald Trump, a la política energética del país apostando por los combustibles fósiles en detrimento de las renovables puede comprometer las inversiones de las empresas, entre ellas algunas españolas, que habían decidido invertir en proyectos de energía limpia en el país.

El anterior presidente, Joe Biden, puso en marcha la "Inflation Reduction Act (IRA)" una norma enfocada en el impulso de las energías renovables, que esperaba movilizar unos 430.000 millones de dólares y estimaba un gasto de cerca de 370.000 millones en incentivos fiscales durante los siguientes diez años.

Sin embargo, con el cambio de Gobierno llegaron los recortes e, incluso, la paralización de proyectos.

"Estados Unidos ha comenzado a retirar parte de su apoyo a las energías renovables, reduciendo subvenciones e incentivos clave. Este cambio de rumbo supone un freno significativo para la transición energética global y lanza una señal contradictoria al resto del mundo", apunta Ricardo Zion, profesor de EAE Business School, preguntado por Efe.

Un análisis de Rhodium Group publicado en el diario económico FT estima que la política de Trump, que está reduciendo los incentivos para energías limpias mientras potencian los combustibles fósiles, podría reducir el ritmo de la descarbonización de Estados Unidos a más de la mitad en los próximos 15 años.

A comienzos de julio, Trump firmó una orden ejecutiva para acabar con la "distorsión" del mercado que suponían los subsidios para "no confiables" fuentes de energía en referencia a tecnologías como la eólica o la solar.

El texto decía que la "proliferación de estos proyectos" desplaza a energías "domésticas" y "asequibles", mientras "compromete" la red eléctrica y "denigra la belleza de nuestro paisaje natural".

Este documento fue firmado en el contexto de su ley fiscal, "one big beautiful bill", que se podría traducir como "la gran hermosa ley", una norma enfocada reformas fiscales y de recorte presupuestario en programas sanitarios, mientras aumenta fondos para vigilancia de fronteras y medidas contra la inmigración.

Un informe liderado por la Universidad de Princeton, publicado por 'The Wall Street Journal', ponía cifras a su impacto al estimar una reducción de la inversión de capital acumulada en la producción de electricidad y combustibles limpios de unos 500.000 millones de dólares entre 2025 y 2035.

Víctor Ruiz, profesor de OBS Business School, señala a EFE que "evidentemente" las decisiones de Trump afectan al entorno internacional porque hay muchas empresas europeas, y españolas, con proyectos en sus fases iniciales o pendientes de aprobación.

Precisamente, la multinacional energética danesa Orsted presentó en septiembre una demanda contra la Administración de EE UU para que revoque la orden de paralizar la construcción del parque eólico marino Revolution Wind, en la costa estadounidense, en el que participa dentro de un consorcio liderado por Skyborn Renewables.

En el caso de las empresas españolas, la administración estadounidense planea cancelar dos parques eólicos marinos en Massachusetts (EE UU) de la filial estadounidense de Iberdrola, Avangrid.

En concreto, el proyecto, conocido como New England Wind 1 y 2, iba a ser instalado frente a las costas del estado de Massachusetts, al noreste del país. Ante la incertidumbre, algunas compañías han pausado ya algunos de sus proyectos.

Acciona Energía publicó en el informe de tendencias de negocio del primer trimestre de 2025 que había paralizado temporalmente dos proyectos de baterías en el estado de Texas debido a la "incertidumbre" y "volatilidad" generada por las políticas arancelarias implementadas.

Entre las energéticas españolas con presencia en este país se encuentra también Naturgy, que en su informe anual de 2024 apuntaba que la exposición de la empresa en el país "se limita a proyectos de plantas fotovoltaicas, tecnología sobre la que la nueva administración se ha mostrado más favorable respecto a otras tecnologías como la eólica 'off-shore' o eólica 'onshore'".

Perfora cariño, perfora

Trump ha tomado como uno de sus lemas la frase "drill, baby, drill" (perfora cariño, perfora) para abogar por el petróleo y el gas dentro de su política energética.

Entre las medidas aprobadas, se encuentra, por ejemplo, reautorizar la perforación de petróleo y gas en ciertas áreas de los océanos Atlántico y Pacífico, que habían sido prohibidas por Biden.

Respecto al gas estadounidense -que se obtiene en gran medida mediante fracturación hidráulica ('fracking')-, su peso ha crecido dentro de la UE desde la invasión rusa de Ucrania, dado que los países comunitarios han ido reduciendo su dependencia del gas ruso, del 45 al 19 % del total de sus importaciones a cierre de 2024, en parte gracias a este aumento.

Además, la UE acordó aumentar las compras de energía a EE UU hasta los 750.000 millones de dólares en los próximos tres años dentro del pacto comercial del pasado julio con la administración Trump.

Precisamente, en un foro celebrado hace unos días en Madrid, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, invitaba a hacer una reflexión sobre "los errores europeos" y hacía referencia a que Europa dice que renuncia a producir gas porque es sostenible, pero lo termina importando de EE UU.

Repsol tiene también inversiones renovables en dicho país, como el proyecto Frye situado en Texas, con casi un millón de paneles y una capacidad total instalada de 632 MW, o la planta solar fotovoltaica Jicarilla en Nuevo México.